Redacción Gestión

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Washington (Reuters).- La campaña del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos sufrió el martes tras la difusión de un nuevo video que muestra a Mitt Romney diciendo que los palestinos no quieren la paz y que la solución del conflicto con Israel era imposible.

"Veo que los palestinos no quieren la paz, por motivos políticos, comprometidos con la destrucción y eliminación de Israel, y estos temas espinosos, y digo que no hay camino", dijo en un video grabado en secreto en un evento a puertas cerradas para recaudar fondos para su campaña en Florida.

Las imágenes son las segundas que se difunden de un video del evento publicado por la revista liberal .

Romney ya estaba intentando contener el impacto de la primera aparición del video, que lo mostró describiendo a los simpatizantes del presidente como víctimas que son demasiado dependientes del Gobierno y que no estaban dispuestas a asumir responsabilidades personales.

Romney dio una conferencia de prensa el lunes por la noche en California para intentar limitar el daño del video, pero no se desdijo de los comentarios sobre los votantes de Obama, lo que despertó más dudas sobre la capacidad y dirección de su campaña por intentar sacar al mandatario de la Casa Blanca.

El video se suma a dos semanas difíciles para Romney, quien está ligeramente detrás de Obama en los sondeos, y ha sido denostado por sus críticas al presidente durante los ataques a las embajadas de Estados Unidos en Libia y Egipto, y ha tenido que enfrentar un reportaje duro de la revista Politico sobre peleas internas en su equipo.

La campaña de Obama criticó el video.

"Es extremadamente problemático que seas candidato a presidente de Estados Unidos y te olvides de la mitad del país", dijo la asesora de campaña de Obama Stephanie Cutter a la cadena MSNBC.

Los errores empañaron los esfuerzos del equipo de Romney para reencauzar la campaña hacia propuestas más específicas y una serie de nuevas publicidades, en medio de crecientes críticas y preocupaciones de los republicanos, que temen que esté perdiendo terreno frente a Obama.