Redacción Gestión

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(Reuters).- La débil economía de se enfrenta a un riesgo sustancial de caer en una leve recesión en 2014, si es que ya no lo ha hecho, lo que ofrece a los candidatos opositores más munición en la carrera para ganar la elección presidencial de octubre.

La mayor economía de se ha desacelerado a un crecimiento promedio anual de un 2% desde que asumió como presidenta en 2011 y, coincidentemente, la demanda mundial por materias primas se debilitó.

Los intentos de impulsar la alentando el consumo se volvieron en gran medida en contra, porque la inversión no pudo sostener el paso de la demanda, lo que hizo subir la inflación y eventualmente empujó al Banco Central a aumentar las tasas de interés.

La economía se ha estancado en los últimos doce meses y la producción industrial ha caído durante tres meses consecutivos hasta mayo.

Ahora, algunos economistas dicen que la economía podría haberse contraído en el periodo abril a junio y que el crecimiento del trimestre previo de un 0.2% podría ser revisado a una contracción.

"Eso te daría una recesión técnica", advirtió el economista senior de para América Latina, Alberto Ramos. "No será una profunda, pero tendrá un costo político relevante".

Si las cifras son negativas, cuando se informe del el 29 de agosto, sería otra señal de que el una vez boyante Brasil sigue estancado, permitiendo que los candidatos opositores usen la palabra recesión durante las cinco semanas previas a las elecciones.

Rousseff actualmente encabeza la competencia con un 38% de apoyo, según la última encuesta de opinión.

Aecio Neves, su principal oponente y que tienen un 20% de apoyo, ha criticado a Rousseff por lo que considera su incapacidad para controlar la inflación y por políticas intervencionistas que no han impulsado el crecimiento.

Tanto Neves como Eduardo Campos, quien va en tercer lugar en la carrera, han prometido bajar los impuestos y restaurar la confianza de los inversores con una agenda pro empresas, incluyendo cambios a la petrolera estatal , cuyo desempeño financiero se ha visto perjudicado por políticas del Gobierno que le obligan a vender combustible bajo el precio del mercado.

No está claro si el haber sido sede de la va a tener algún impacto en la popularidad de Rousseff; las opciones de reelección dependen mucho más del éxito económico de Brasil.