Redacción Gestión

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(Bloomberg) En tanto avanza la cuenta regresiva para la presidencia de François Hollande en Francia, la mujer que ha sido su colaboradora la mayor parte de los últimos 40 años está tratando de salvar su reputación.

Ségolène Royal fue pareja, rival política y ahora vicepresidenta no oficial de Hollande desde que se conocieron en la escuela superior francesa de elite en los años 1970. En tanto la agenda interna del presidente se ve desbaratada por la oposición dentro de su propio partido y en las calles de París, los esfuerzos internacionales de la ministra de medio ambiente de 62 años podrían representar la mejor probabilidad de Hollande de garantizar un legado duradero para sus cinco años en el poder.

Royal contribuyó a posicionar a Francia a la vanguardia de los esfuerzos para atacar el cambio climático, organizando una cumbre de Naciones Unidas en diciembre que produjo un acuerdo mundial para controlar las temperaturas. Si bien 175 países firmaron otro acuerdo para controlar las emisiones de carbono en Nueva York el mes pasado, no entrará en vigor hasta ser ratificado por el 55 por ciento de los países del mundo cubriendo 55 por ciento de las emisiones. La ONU dice que eso podría ocurrir ya en 2018. Pero Royal, que continuó ejerciendo presiones en una reunión en Bonn este lunes, no tiene tanto tiempo.

"Todavía debo lograr algo irreversible", dijo en una entrevista en su ministerio en el centro de París la semana pasada. "Debo impulsar a este país y, como líder de las negociaciones por el clima, al mundo, hacia un nuevo modelo de desarrollo y lograr que sea imposible reincidir".

Maniobras electorales

A esta altura, el año próximo, Francia estará eligiendo su próximo presidente y las encuestas sugieren que Hollande, el padre de los cuatro hijos de Royal, no obtendría apoyo ni siquiera para llegar a la segunda vuelta electoral. Todavía no ha dicho si se presentará nuevamente como candidato.

De todos modos, la campaña ya comenzó: tanto la derecha tradicional como el Frente Nacional de Marine Le Pen están intensificando los ataques contra el gobierno, apelando a la frustración de los votantes con un desempleo cercano a un máximo récord y sus miedos a la inmigración. Los sindicatos organizaron dos días de huelga para esta semana con el fin de protestar contra los esfuerzos de Hollande para flexibilizar las restricciones a las contrataciones y los despidos.

Los posibles rivales dentro del propio partido de Hollande también están maniobrando para posicionarse. El ministro de Economía, Emmanuel Macron, de 38 años, protegido del presidente, creó el mes pasado su propio movimiento, En Marche, que se propone atraer apoyo para la reforma económica de votantes en todo el espectro político.

Royal fue ambigua respecto de que sus colegas hagan política cuando todavía deben trabajar dirigiendo el país -elogió la iniciativa de Macron señalando a la vez el riesgo de distracciones.

"Más se preocupa uno por la agenda electoral y peor se hace el propio trabajo", dijo. "Hacer un buen trabajo significa contribuir al éxito del propio equipo".