Redacción Gestión

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(AP).— Vladimiro Montesinos se reencontró tras casi seis años con su antiguo socio Alberto Fujimori en el tribunal de una cárcel, donde se negó a declarar como testigo en un juicio por corrupción contra el ex mandatario por el desvío de millonarios fondos públicos que uso en 2000 para mantenerse en el poder.

La fiscalía acusa a Fujimori de usar el dinero público para comprar las líneas editoriales de diversos tabloides que inundaron los puestos de venta del país y apoyaron su reelección en 2000 demoliendo la imagen de los opositores.

"No voy a declarar", dijo enfático Montesinos, de 68 años, vestido con un elegante traje azul marino y anteojos de montura dorada. La magistrada de la Cuarta Sala Penal Liquidadora, Victoria Sánchez, insistió más de tres veces que él era un testigo y que se encontraba obligado por la fuerza de la ley a brindar su testimonio.

La actitud de Montesinos era contraria a lo que dijo ante tribunales en 2005, cuando afirmó que Fujimori le "ordenó" un estudio de aceptación de tabloides que "por su bajo precio llegaban a la opinión pública masiva".

Fujimori, de 75 años, observó en silencio la intervención de su exasesor durante el quinto juicio que afronta desde prisión, mientras realizaba algunas anotaciones en un pequeño cuaderno con el que asiste al proceso. Al término de su intervención Montesinos saludó con una reverencia a Fujimori.

Matilde Pinchi, una íntima excolaboradora de Montesinos declaró en mayo ante el tribunal que la campaña que permitió la segunda reelección de Fujimori costó 100 millones de dólares que salieron de las arcas públicas destinadas a las fuerzas de seguridad con el conocimiento de Fujimori. "Montesinos no hacía nada sin el consentimiento de Fujimori", afirmó.

Al término de la sesión de menos de media hora, el procurador anticorrupción Christian Salas dijo a periodistas que el silencio de Montesinos "era previsible".

La última vez que Montesinos y Fujimori se vieron personalmente fue el 30 de junio del 2008 en el juicio seguido al ex mandatario por los asesinatos de 25 personas cometido por un escuadrón clandestino de militares durante su gobierno (1990-2000) que lo condenaron en 2009 a 25 años de prisión.

Llamados localmente "diarios chicha", los tabloides inundaban puestos de venta de periódicos de todo Perú, en especial de las zonas más pobres del país, con titulares que mezclaban en jerga local mentiras sobre opositores políticos, alabanzas a Fujimori, fotografías de mujeres casi desnudas y noticias escandalosas ligadas al sexo y a crímenes.

Montesinos también cumple una condena de 25 años de cárcel por los mismos asesinatos que condenaron a Fujimori y otras penas por delitos de corrupción, pero en Perú las penas no se acumulan sino que rige la mayor.