Cuando pase el 6 de junio, casi medio país va a quedar herido, afirma el psiquiatra Martín Nizama.
Cuando pase el 6 de junio, casi medio país va a quedar herido, afirma el psiquiatra Martín Nizama.

El experimentado especialista en salud mental Martín Nizama Valladolid afirma que la contienda electoral ha partido al país en dos y después del 6 de junio un sector quedará herido. En entrevista con Gestión, subraya que por ello es importante la reconciliación.

¿El alto nivel de polarización en esta segunda vuelta electoral ha sido provocado por la pandemia?

La polarización no responde a la pandemia. La polarización precede a la pandemia. La causa de esta polarización que afecta la salud mental de los peruanos responde a que hay intereses profundos que están en conflicto. La causa de esa guerra responde a diferentes intereses que no son visibilizados y la cuestión política es una careta. La máscara es la guerra política.

¿A qué tipos de intereses se refiere?

Intereses económicos, dominio del Tesoro Público y tener el manejo de todos los recursos del Estado. No son intereses políticos porque la política es servir a la comunidad. Y no tiene nada que ver con esta guerra. Esto es altamente preocupante para mí como profesional de la salud mental.

¿Es decir, para usted la salud mental debe ser declarada en emergencia tras esta contienda electoral?

Si, pero no le interesa a los llamados políticos y a los grupos de poder. El pueblo está con estrés, depresión, tendencias suicidas y violencia familiar y entre parejas. Hay homicidios a diario, sumado a los altos números de delincuencia. Hay mucha insensibilidad. La salud mental de los peruanos está abandonada.

Estos altos niveles de violencia también se pueden apreciar en las redes sociales. ¿Son acaso las plataformas digitales los pararrayos de las emociones en esta segunda vuelta?

Claro. Todos estos sentimientos negativos se ven reflejados en las redes sociales a favor o en contra de los medios que han tomado una posición. Las redes son un río donde trasciende la cólera, la frustración y la intolerancia y se evidencia el daño que le está causando esta segunda vuelta a la salud mental de los peruanos. Las redes sociales también han logrado que, como nunca antes en la historia, se pongan etiquetas a quien opina de manera diferente a uno, y eso es resultado de la ira y el odio, porque con esos sentimientos nadie razona y solo busca reducir e incluso destruir a quien piensa diferente.

¿Qué daño le está causando esta segunda vuelta a la salud mental de los peruanos? ¿Puede desembocar en algún trastorno?

Hay depresión y zozobra porque no se sabe qué va a pasar. No son problemas de salud mental, pero la constante frustración, desesperanza y ansiedad pueden dar pie a un problema de salud mental. Las vacunas ha sido un robo, poner jeringas de aire, o S/ 50,000 en una clínica eso es deshumanización extrema y eso va calando en la salud mental.

¿Cómo explica esa frase: Prefiero votar por el diablo antes que Keiko Fujimori o Pedro Castillo? ¿Hay un problema de salud mental detrás de estas palabras?

Eso es rabia e intolerancia de ambos grupos: los que votarán por o los que votarán por . Esta frase describe que se desea destruir al otro que no piensa como tú. Esa polarización y confrontación resumida en esa dicotomía ya no es racional sino netamente emocional. Son altos niveles de rabia y rechazo.

¿Qué hacer como peruanos para reconciliarnos después de la segunda vuelta de este domingo 6 de junio?

Hay que aceptar en primer lugar es que estamos en una guerra política, que ya no es una confrontación, y que tiene como consigna destruir al enemigo. Es decir, representa un quiebre en la salud mental del país. Es una guerra que va a dejar secuelas y fragmentación y dividir el país en dos bandos que estarán ahogados en la ira, el miedo y la frustración.

¿Y cómo evitar que este alto nivel de polarización por razones electorales no se normalice?

El nuevo gobierno tendría que implementar una nueva política de salud mental para educar a la población a ser tolerantes y aceptar la discrepancia y para eso se requiere un programa transversal y a largo plazo. Hay que rescatar los valores que se han perdido, el valor de la vida y la humanización, y los sentimientos superiores como la espiritualidad.

Veo una guerra entre peruanos y eso no se resuelve de la noche a la mañana. Cuando pase el 6 de junio, casi medio país va a quedar herido. Esta segunda es una guerra que dejará secuelas en la salud mental de los peruanos y debemos apostar por la paz. El reto de los peruanos es abrazar la paz y que se quede en el corazón de todos los peruanos. Hay que apostar por la paz.