Redacción Gestión

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Por lo general, el gobierno venezolano ha utilizado los últimos días del año y el comienzo de uno nuevo para tomar decisiones y anunciar medidas económicas. Aunque todavía tiene la oportunidad de poner en práctica algunas de las medidas que ha ido posponiendo, discursos recientes no proporcionan un rumbo claro y muestran la poca convicción del gobierno de para implementar urgentes correctivos, advierte un informe de .

El banco señala que existen evidencias de que puede llevarse a cabo un ajuste incompleto que puede ser aún más reducido de lo que espera el mercado.La entidad sostiene que, por el momento, Maduro ha optado por no hacer mayores cambios en la economía de Venezuela. Si bien se ha mencionado un alza del precio de la gasolina o ajustes al sistema cambiario, por el momento solo existe información incompleta al respecto.

Maduro si ha ratificado su política del gobierno de controles sobre el sector privado y trató de dar un enfoque gradual a las medidas de ajuste que el gobierno podría tomar. Aunque se ha negado que las medidas de deban a problemas fiscales, Barclays precisa que el sector público llanero ha registrado un déficit de dos dígitos en términos de PBI en los últimos cuatro años.

Esta falta de urgencia que denota el gobierno de Maduro para corregir las profundas distorsiones económicas de Venezuela lleva a Barclays a prever que el gobierno venezolano podría hacer un ajuste que sería muy reducido, y llegaría muy tarde. Si Maduro no hace un ajuste fuerte y necesario este año, sería menos probable que lo haga en los dos siguientes, cuando deba hacer frente a unas elecciones importantes (la Asamblea Nacional en 2015, y un posible referendo revocatorio en el 2016), agrega la entidad.

Poder compartidoBarclays sostiene que el gobierno de Maduro ha sido extremadamente cauteloso acerca de tomar cualquier acción. Esa falta de liderazgo tras la muerte del presidente Hugo Chávez "ha obligado a cambios en el equilibrio de poder en forma continua, lo que, en nuestra opinión, es una señal de que le falta un rumbo económico claro", advierte el informe.

El banco sostiene además que aunque Maduro evitó una derrota en las elecciones de alcaldes de diciembre, su popularidad ha sido muy volátil y puede verse afectado por las medidas que contienen un alto costo político. Se apunta además que el gobierno venezolano está muy fragmentado, con diferentes grupos (pragmáticos, dogmáticos, petroleros y grupos militares influyentes, etc) que tienen cada uno el poder para obstaculizar las iniciativas de otros grupos, pero ninguno de ellos con el poder de imponer un conjunto coherente de medidas económicas.

"Somos de la opinión de que estas condiciones no han cambiado y probablemente continuarán afectando la capacidad del gobierno para tomar decisiones. Esto mantiene el panorama muy incierto en cuanto a las medidas que podrían adoptarse y sobre la magnitud de un necesario ajuste", concluye el banco.