Redacción Gestión

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Un empresario se reúne a tomar un café con un amigo, que trabaja para el sector público, y discuten la aprobación de una norma que tendrá afectación directa en su negocio.

¿Es esto un acto de corrupción? Para el Contralor General de la República, , no se trata de caso de tráfico de influencias sino de una gestión informal de intereses que debería estar registrada y documentada ante el Estado.

Cambios en la leyEl está regulada en el Perú desde el 2013 con la ley N° 28024. En doce años de vigencia, la norma ha probado su poca eficacia en formalizar esta actividad que se presenta en cualquier nivel del .

Según el titular de la , esta ley presenta varias deficiencias y debe ser urgentemente actualizada.

"El en esencia es un buen procedimiento, pero nadie (en el sector público) entiende lo que es una gestión sana, pulcra y bien hecha. La norma no es sumamente clara y tiene varias deficiencias. Tiene años de antigüedad y obliga a los lobistas a llenar una serie de documentos que no están claros", indicó Khoury.

De acuerdo con la , los gestores –personas naturales o jurídicas– deben registrarse en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos () y reportar semestralmente sus actividades.

Cada reunión del lobista deberá ser documentada en tres actas. El resumen de sus actividades se consignará en un informe escrito, con carácter de declaración jurada.

De acuerdo con el Contralor, el "exceso de papelería" dificulta la formalización de esta actividad y no existen incentivos para que los privados transparenten sus lobistas y los temas por los que abogan.

En el último listado del Registro Público de Gestión de Intereses, solo aparecen cinco personas y una entidad. La empresa Concertum S.A.C. es la que regularmente comunica sus actividades.

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Sin embargo, en lo que va del 2015, solo se encuentra en el portal web de Sunarp un , quien declara no haber realizado ninguna gestión en el segundo semestre del año pasado.

CapacitaciónPara el Contralor General de la República, Fuad Khoury, la solución para formalizar el lobby también pasa por capacitar al funcionario público para que este sepa identificar, y estimular, una correcta gestión de intereses.

"Falta educación y comunicación por parte del sector público. Cuando se confunde el concepto de lobby, hay que educar. Falta una campaña de lo que significa hacer una gestión de interesas", manifestó el funcionario público, quién está frente a la Contraloría durante cinco años.

Tras finalizar su participación en el evento "Lobbiyng: Profesionalización vs. Corrupción", organizado por ADP, Khoury refirió que hay miedo e ignorancia en cómo se relaciona el sector público con el privado.

"Hay una divorcio y una falta de ganas de conversar entre el privado y público por temas que pueden ser hasta inofensivos para la opinión pública. Es importantísimo que el público se siente con el privado, que haya reuniones de trabajo permanentes entre ambos sectores con el propósito de romper hielos, comunicar lo que a cada parte le interesa. Si al final hay intereses comunes, va a ver un 'gana-gana' sin ninguna duda", expresó.

El datoEl Contralor General de la República expresó que su institución ha detectado que la corrupción usualmente nace en los procesos preparatorios para una licitación pública, es decir, antes del concurso y la entrega de la buena pro.

"Esto significa que ha habido previamente un tráfico de influencias. La mayoría de los casos tienen que ver con conversaciones privadas y favoritismo entre el público y la empresa privada, para que solo esta sea favorecida. Eso es tráfico de influencias, eso es corrupción", aclaró.