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Luisa Huaruco Gonzalesluisa.huaruco@diariogestion.com.pe

Hoy Escocia decide si continúa formando parte del Reino Unido o si opta por la independencia. Las últimas encuestas reflejaban un empate técnico que hacía difícil un pronóstico fiable, sin embargo al margen de los resultados, para el internacionalista el desarrollo de los hechos en las últimas semanas ya representa una victoria para el movimiento independentista escocés.

"El Sí en mi opinión gana de cualquier manera. Si logra la independencia obtiene el resultado de su preferencia, pero si no logra la independencia va a tener, primero, un resultado electoral mejor que el previsto, ya que a inicios de esta campaña no se creía que tuviera opción y va a tener cerca del 50%. Segundo, de no haber mediado la convocatoria al referendo y el crecimiento del Sí en las preferencias electorales, no se habría producido la oferta que hiciera el gobierno británico de conceder mayores márgenes de autonomía para Escocia dentro de Gran Bretaña", señala.

Y es que a pocos días del referéndum, y ante los alarmantes resultados de los sondeos, el primer ministro David Cameron se unió a otros líderes políticos en un para el Parlamento de Escocia, una repartición más equitativa de los recursos y prometía dejar la última palabra en aspectos de financiación del servicio de salud y otros servicios públicos a Escocia, entre otras prerrogativas a cambio de elegir la opción del No.

Esta ha sido la mejor carta unionista, cuyos otros argumentos van de la mano del temor, enfatizando la frente al futuro. En esta postura coincidieron políticos e inversionistas, quienes ante el crecimiento del Sí en las encuestas provocaron una caída en la bolsa de valores británica.

Escenario separatistaPor el lado del Sí a la independencia los argumentos apuntan a la ventaja de la autonomía para implantar políticas económicas deseadas por los escoceses y que no han encontrado apoyo en el gobierno central. "Hay que tener en cuenta que el votante medio escocés esta sensiblemente a la izquierda del votante medio británico. Los conservadores británicos están asociados a políticas de austeridad y reducciones a las prestaciones del estado de bienestar que en Escocia son más bien populares", explica Kahhat.

Los independentistas también han negado que se avecinen problemas mayúsculos en la transición a la independencia. Existe mucha confianza en el futuro económico respaldado por el petróleo escocés, que representa más de las dos terceras partes de la reservas del Reino Unido. En este punto sin embargo, se debe ir con cuidado.

"Si el cálculo es que el petróleo va a sostener la economía escocesa eso probablemente sea cierto por unos años, pero hay dos tendencias que podrían hacer que eso cambie a futuro para mal. Una es que no se han encontrado nuevas reservas en años recientes y por ende las reservas y los niveles de producción en Escocia están disminuyendo. En segundo lugar, el precio del petróleo ha bajado ligeramente pese a crisis en regiones en donde el tema energético es importante", advierte el internacionalista.

De obtener un triunfo la opción independentista Escocia entraría en una fase de transición hasta el 24 de marzo del 2016, período en el que se deben definir varios temas. "Escocia tendría que negociar con Gran Bretaña si sigue usando la libra esterlina como moneda, negociar cómo se distribuyen recursos como el petróleo, o impuestos que ahora cobran a nivel nacional, decidir qué se hace con las fuerzas armadas, si formarían parte de la OTAN, quién pagaría por el traslado de los arsenales nucleares británicos que están en Escocia. También establecer si Escocia podría ser automáticamente parte de la Unión Europea o si tendría que aplicar, si aplica no tendría problema de ser admitido porque la independencia es de mutuo acuerdo, pero el proceso puede durar años", sostiene Kahhat.

Referéndum escocés frente al mundoCon su referéndum independentista Escocia marca también un importante precedente para otros grupos nacionales que vienen luchando por lograr hegemonía frente a sus estados soberanos, como es el caso de que aún no logra un acuerdo vinculante con España para una votación; y Québec, que ya ha afrontado dos referéndums fallidos para independizarse de Canadá.