(Bloomberg) El director del FBI, James Comey, propinó el lunes un golpe al Presidente en momentos de aguda vulnerabilidad política para la Casa Blanca.

En su declaración de apertura ante el Comité de Inteligencia de la Cámara, Comey confirmó que el FBI está investigando la intervención de Rusia en las elecciones presidenciales, y también si alguno de los asociados de Trump colaboró ​​con el gobierno de Vladimir Putin.

En otro día, en otro tiempo, esa sería una bomba. Pero Comey dijo más, estableciendo que la acusación del presidente de que su predecesor le había espiado era falsa. Trabajando sistemáticamente, tuit por tuit, bajo cuestionamiento de los legisladores, Comey insistió repetidamente en que no había "pruebas" para sustentar las acusaciones que hizo Trump el 4 de marzo.

No hay pruebas de que haya intervenido los teléfonos en la Trump Tower. Nada que indique que Obama haya, de alguna manera, subvertido las garantías de la era Nixon establecidas para prevenir abusos de poder y proteger a los estadounidenses de programas de vigilancia electrónica.

No hay razón para concluir que Obama violó las reglas de una alianza de inteligencia de décadas y solicitó a un aliado externo para que llevara a cabo el espionaje.

"No voy a intentar calificar los tweets", dijo Comey. "Todo lo que puedo decir es que no tenemos información que los soporte."

En síntesis, el mismo director del FBI que impulsó la fortuna política de Trump en los días finales de la campaña presidencial cuando reconoció que su agencia había reabierto una investigación sobre su rival, Hillary Clinton, en relación al uso del correo electrónico privado, le propinó al presidente uno de los peores golpes políticos en su joven administración. El daño llega quizás en el peor momento posible.

Semana crucialEl testimonio de Comey inauguró una semana crucial para la Casa Blanca. Los senadores han comenzado a pesar la nominación de Neil Gorsuch para la Corte Suprema y los miembros de la Cámara de Representantes están dispuestos a votar sobre el plan de Trump para derogar y reemplazar el Obamacare.

El presidente ya esperaba una semana complicada antes de que Comey comenzara a hablar.

Una encuesta de Gallup divulgada el domingo mostró su índice de aprobación en 37% – 8 puntos porcentuales menos que la semana anterior, y menor que la de Obama en cualquier momento de su presidencia.

ObamacareLa Oficina de Presupuesto del Congreso encontró que bajo el plan de atención de salud que Trump aprobó, 24 millones de perderían su cobertura durante la próxima década. Un tribunal federal rechazó el intento de Trump de bloquear los viajes de seis países mayoritariamente musulmanes.

Y la helada visita de la canciller alemana Angela Merkel, junto a un escupitazo de alto perfil con el Reino Unido después de que la Casa Blanca resaltó la acusación de un comentarista de Fox News, que dijo que una agencia de inteligencia británica pudo haber ayudado a Obama a espiar a Trump, solo profundizó las preocupaciones sobre la competencia del presidente en la escena mundial.