(Bloomberg) El escrutinio del FBI de Jared Kushner, yerno y asesor sénior del presidente Donald Trump, lleva la investigación del papel de Rusia durante y después de la campaña presidencial del año pasado al corazón de la Casa Blanca.

Los tratos de Kushner con Rusia han llamado la atención de los agentes del FBI que llevan a cabo la investigación, según una persona familiarizada con la pesquisa que habló a condición del anonimato debido a lo delicado del tema. No hay indicios de que Kushner, de 36 años, haya sido designado como objetivo principal de la investigación.

"El señor Kushner se ofreció voluntariamente a compartir con el Congreso lo que sabe sobre estas reuniones. Él hará lo mismo si es contactado en relación con cualquier otra investigación", dijo Jamie Gorelick, abogado de Kushner, en una declaración enviada por correo electrónico después de que el interés de los investigadores fue reportado el jueves por NBC News y el Washington Post.

El enfoque en Kushner será uno de los primeros problemas que enfrentará Trump cuando regrese de su primer viaje al extranjero como presidente este fin de semana.

Hasta ahora, los funcionarios que se sabe están bajo escrutinio, incluyendo el ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn y el ex jefe de campaña Paul Manafort, han sido exiliados de la órbita de Trump.

Las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron el año pasado que Rusia usó intrusiones informáticas y filtración de correos electrónicos en una campaña para dañar a la candidata demócrata Hillary Clinton y, en última instancia, ayudó a Trump a ganar.

James Comey – quien fue despedido de su cargo como director del FBI por Trump este mes – dijo a un comité del Congreso en marzo que la Oficina Federal de Investigación también estaba investigando "si hubo alguna coordinación" con la campaña de Trump.

Trump ha llamado a la investigación de Rusia una "caza de brujas" y a los rumores de una colusión "una patraña total".

El Comité de Inteligencia del Senado pidió a Kushner hablar sobre las reuniones que organizó con Sergey Kislyak, embajador ruso en Estados Unidos, incluyendo una con Sergey Gorkov, el jefe de Vnesheconombank, un banco de desarrollo estatal ruso. El gobierno de Obama sancionó al banco después de la campaña militar del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania en 2014.

Gorkov dijo en un comunicado emitido por Vnesheconombank a principios de este año que su reunión con Kushner fue una de una serie de reuniones con líderes empresariales extranjeros como parte de una revisión estratégica en 2016.

"Hablaron sobre las prácticas existentes del trabajo del banco de desarrollo, las áreas e industrias prometedoras", dijo en la declaración, escrita en ruso.

Flynn, que se vio obligado a dimitir después de engañar a los funcionarios del gobierno sobre sus conversaciones con Kislyak, se acogió esta semana a sus derechos bajo la Quinta Enmienda al negarse a cumplir con una citación de la Comisión de Inteligencia del Senado en la que se le pedían documentos en su investigación sobre la interferencia rusa, según senadores.

Manafort, ex presidente de la campaña de Trump, ha estado en el centro de la atención por sus tratos pasados con el ex presidente pro-ruso de Ucrania. Él ha negado haber cometido delito alguno.

El diario New York Times reportó esta semana que asesores rusos de inteligencia y políticos hablaron el verano pasado sobre cómo ejercer influencia sobre Trump mediante sus asesores, especialmente Flynn y Manafort. El artículo citó a tres actuales y es funcionarios del gobierno de Estados Unidos que no fueron identificados.