AFP.- El secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson comenzó este jueves a reunirse en Alemania con sus pares de las grandes potencias, en el contexto de un sobre el que planea la incertidumbre por el rumbo de la nueva diplomacia estadounidense.

Todas las miradas estaban puestas en el nuevo secretario de Estado, que empezó a reunirse con sus homólogos de Reino Unido, Arabia Saudí, el emisario de la ONU para Yemen y Emiratos Árabes, pero no ofreció ninguna declaración que aclarase en qué consistirá la política de "Estados Unidos primero" del presidente .

El G20 será la ocasión para Tillerson, expresidente de la petrolera ExxonMobil y cercano al presidente ruso Vladimir Putin, de reunirse por primera vez con su homólogo de Moscú, Serguei Lavrov.

Putin llamó a restablecer los vínculos entre las agencias de inteligencia rusa y estadounidense para hacer frente a problemas comunes, como el terrorismo.

Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, aseguraba desde Bruselas que Washington no está listo "por el momento" para colaborar militarmente con Rusia.

Además, tras abogar por un acercamiento con Moscú durante la campaña presidencial, Trump reclamó esta semana la restitución de Crimea a Ucrania, un jarro de agua fría para las autoridades rusas, que esperaban un rápido levantamiento de las sanciones aplicadas por este asunto.

Y, Moscú empieza a mostrar su impaciencia. Rusia y Estados Unidos "están perdiendo el tiempo" en vez de normalizar sus relaciones, lamentó el jueves el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

'Mucha incertidumbre'La reunión de Bonn tiene lugar en medio de una importante secuencia político-diplomática, con el desembarco de la administración Trump en Europa para intentar calmar a sus desconcertados socios a causa de mensajes en muchas ocasiones contradictorios.

"Hay mucha incertidumbre sobre qué quieren, qué esperan", dijo una fuente diplomática europea.

Además, el miércoles, el presidente Trump confirmó la ruptura con la postura tradicional de Estados Unidos sobre el conflicto palestino-israelí, al considerar que la "solución de dos Estados", piedra angular de los esfuerzos de la comunidad internacional desde hace medio siglo, no era la única posible.

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Fricciones con ChinaEn Bonn, el jefe de la diplomacia estadounidense también verá por primera vez a su homólogo chino, Wang Yi, aunque por el momento no se ha confirmado ningún encuentro bilateral.

Varios asuntos suponen una fuente de fricción entre ambos países: con un acercamiento repentino a Taiwán, Trump cuestionó el principio de la "China única", antes de dar marcha atrás; por otro lado, en materia comercial, Pekín se ha convertido, junto a Alemania, en el objetivo preferido de la nueva administración, que acusa a las importaciones de origen chino de destruir empleos estadounidenses.

La inquietud suscitada por el eslogan "America first" ("Estados Unidos primero) del presidente Trump se ha generalizado entre el resto de participantes del G20.

"Ningún Estado en el mundo puede ocuparse él solo de los grandes problemas internacionales del momento", advirtió el anfitrión de la reunión en Bonn, el nuevo jefe de la diplomacia alemana, Sigmar Gabriel, alertando contra la tentación de "aislamiento" y la apuesta por las "alambradas", en alusión al endurecimiento de la política de inmigración estadounidenses.