Redacción Gestión

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(Reuters).- del 2016 por la Casa Blanca el domingo, y la buena y mala noticia para ella es que hay pocos competidores importantes que la puedan desafiar por la nominación demócrata.

Debido a su perfil global y la falta de otros demócratas prominentes en el campo, Clinton ingresa a la carrera presidencial en una posición que es quizás dispareja en la política presidencial moderna de Estados Unidos.

Si bien su control sobre la nominación de su partido parece imponente, también la convierte en el único objetivo para un grupo de candidatos republicanos que ahora comparten un enemigo en común.

"Todos ellos estarán tratando de demostrar que son los más anti-Hillary, los más duros en su contra", dijo el estratega demócrata Joe Trippi, que estuvo detrás la candidatura insurgente del exgobernador de Vermont Howard Dean contra el favorito John Kerry en el 2004. "Todos estarán lanzando dardos".

Un desafío central para la emergente campaña presidencial de Clinton, por tanto, estará en mantener el impulso y generar ruido positivo mientras esté bajo el asedio constante de los candidatos republicanos, sus más revoltosos comités de acción política, los progresistas que piensan que no es lo suficientemente liberal, y la prensa.

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Los contendientes republicanos Jeb Bush, exgobernador de Florida, y el senador Rand Paul de Kentucky no perdieron el tiempo el domingo para criticar a Clinton.

Tras el anuncio del vídeo de su candidatura, Bush tuiteó: "Tenemos que aspirar a alguien mejor que Hillary". Desde la izquierda, Bill de Blasio, el alcalde progresista de Nueva York, no se comprometió a respaldar su candidatura, al afirmar en el programa de NBC "Meet the Press" que quería escuchar la visión de Clinton para el país.

El riesgo es que la campaña de Clinton estará tan ocupada respondiendo a los ataques de todos los frentes que podría tener dificultades para generar una cobertura positiva.

"Absolutamente ella va a estar a la defensiva, y nuestro objetivo será mantenerla así", dijo Jeff Bechdel, portavoz del grupo anti-Clinton PAC America Rising, que se dedica a inundar al público y a la prensa con críticas a la candidata.

Una forma en que Clinton haga retroceder la marea de negatividad, según dijeron a Reuters algunos estrategas, será usar sus gravitas como exsecretaria de Estado para anunciar iniciativas políticas a gran escala. Ellos argumentaron que su trayectoria le daría a sus propuestas un peso que candidatos como los senadores republicanos Ted Cruz y Marco Rubio no podrían igualar.

"Una de las mejores herramientas que tiene es su capacidad para proyectar la política en un nivel casi-presidencial", dijo Trippi sobre Clinton, quien ha estado en la escena mundial durante décadas.

Clinton se autonominó el domingo como defensora de todos los estadounidenses que aún luchan por recuperarse de la recesión del 2008, aunque no brindó ninguna receta política específica.

Tad Devine, quien aconsejó la candidatura de Kerry en el 2004, así como a Al Gore en el 2000, dijo que Clinton tiene la oportunidad de causar un impacto y generar ruido en ámbitos como el cambio climático y la reforma de financiación de campañas, así como en el ámbito económico.

"La mejor manera de crear una noticia positiva es introducir una nueva política", dijo Devine. "Las campañas ganadoras son sobre el futuro. La mejor manera de llegar al futuro es hablar de propuestas de políticas que pueden ser presentadas y aplicadas si ella es presidente".

El jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, dijo en un tuit que las principales prioridades de la política de Clinton serían "ayudar a las familias trabajadoras a tener éxito", y hacer frente al cambio climático.

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Candidata de las ideasAri Fleischer, exsecretario de prensa de la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush, hizo eco de las palabras de Devine, señalando que Clinton necesitaba centrarse menos en sus calificaciones y más en nuevas iniciativas.

"El currículum es dinero en el banco. Ella no puede aumentarlo", dijo Fleischer. "La ventaja para ella es ser la candidata de las ideas y detalles."

Bush podría proporcionar la mejor comparación con la posición de Clinton. Bush creó un gigante en 1999 que rápidamente niveló casi todo el campo republicano, dejando más tiempo para los eventos políticos de alto precio. Fleischer dijo que se sacó provecho de la campaña: Un discurso en Iowa develando su plan de reducción de impuestos se convirtió en noticia de primera plana, como lo hizo su propuesta de reforma de la Seguridad Social.

Clinton tiene una mano experta para guiarla. La nueva directora de comunicaciones de Clinton, Jennifer Palmieri, tuvo un papel similar en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama, donde se especializó en tratar de conducir la cobertura de los medios a través de implementaciones de políticas.

Pero como con la mayoría de las cosas que rodean la candidatura de Clinton, nunca es así de simple.

Todas las señales apuntan a esta reiteración de que su campaña querrá inicialmente mantener los eventos en una escala pequeña y fácil de identificar. Su nueva web de campaña muestra a Clinton sentada en una pequeña mesa, compartiendo café con dos ciudadanos de la tercera edad.

Un llamado al estilo presidencial sobre, por ejemplo, la desigualdad de ingresos con una gran multitud como telón de fondo sería ir en contra de esa estrategia. Esa tensión puede ser algo que su campaña tendrá que resolver a medida que avanza.

Hay evidencia de que la posición de Clinton entre los votantes ya podría estar sufriendo de ataques republicanos y escrutinio de los medios. A mediados de enero de este año, una encuesta de seguimiento de Reuters/Ipsos mostró a Clinton como la primera opción del 50% de los demócratas. Hasta la semana pasada, ese número se había reducido a 38%.

Unos pocos demócratas –el exgobernador de Maryland, Martin O'Malley, el exsenador Jim Webb de Virginia, y el exgobernador de Rhode Island Lincoln Chaffee– han sugerido que ellos se enfrentarán a Clinton en las primarias demócratas, pero ninguno de ellos tiene el reconocimiento, los recursos financieros, o el aparato de campaña para montar un desafío serio para ella –al menos por ahora.