(Bloomberg).- dijo que el plan económico de es una bendición para los estadounidenses más ricos, incluidos él mismo y su familia, y que sólo aumentará la carga fiscal para los contribuyentes de ingresos medios, ya presionados por el estancamiento de los salarios.

En un discurso en una planta en Michigan el jueves, la candidata demócrata trató de acentuar los contrastes entre sus planes para la economía, que ella dice que beneficiarían a muchos estadounidenses, y las propuestas del candidato republicano, que, según dijo, tienen el único propósito de ayudar a personas como él.

Trump "no ha ofrecido soluciones creíbles para los desafíos económicos reales que enfrentamos", dijo Clinton en Futuramic Tool & Engineering en Warren. En su lugar, ha propuesto un plan fiscal que "le permitiría pagar menos de la mitad de la tasa impositiva actual por los ingresos de muchas de sus empresas. Pagaría una tasa más baja que millones de familias de clase media".

Clinton no habló de nuevas políticas en su discurso. Como la economía es mencionada frecuentemente por los electores como el tema más importante de esta elección, su principal objetivo fue socavar la afirmación de Trump de que su experiencia como empresario le da los conocimientos requeridos para estimular el crecimiento del empleo y los ingresos, y presentarlo como un candidato que antepone sus intereses a los de la nación.

En las últimas semanas Clinton ha visitado pequeñas empresas en estados con un historial de voto mixto donde ha hablado del historial de Trump de fabricar productos fuera de Estados Unidos, contratar trabajadores extranjeros en lugar de estadounidenses y negarse a pagar a algunos contratistas.

"Ha afectado a pequeñas empresas desde Atlantic City hasta Las Vegas ", dijo Clinton. "Hay empresas que se quedaron colgadas pero le pagaron a sus trabajadores de todos modos, poniendo en riesgo negocios que trabajaron toda una vida para construir".

Hay pruebas de que los ataques de Clinton contra el historial de Trump y los informes de los medios sobre sus antecedentes han tenido algún efecto. En una encuesta nacional realizada por Bloomberg Politics del 5 al 8 agosto, el 61% de los posibles votantes dijeron que están menos impresionados con la visión de negocios del candidato republicano que cuando comenzó la campaña. No obstante, el 51 por ciento de los encuestados dijo que Trump "sabe lo que se necesita para crear empleos", en comparación con el 42% que tuvo esa opinión con respecto a Clinton.

En una respuesta a un correo electrónico enviada antes del discurso de Clinton, la campaña de Trump citó un análisis según el cual el plan fiscal de su rival reduciría el producto interno bruto y afectaría el empleo.

Este análisis, realizado por el grupo conservador Tax Foundation en Washington, determinó que el plan de Clinton reduciría el PIB en 1 por ciento a largo plazo, ya que crearía tasas fiscales marginales ligeramente más elevadas sobre el capital y el trabajo. Este hallazgo se basa en un modelo que intenta dar cuenta de los cambios en el comportamiento de los contribuyentes resultado de modificaciones en las leyes fiscales. Otros economistas critican aspectos de ese modelo.

Aplicando su modelo al plan de impuestos de Clinton, la Tax Foundation halló que sus propuestas generarían US$ 191,000 millones en una década. Por su parte, el Tax Policy Center, una iniciativa conjunta del Urban Institute y la Brookings Institution, encontró que generarían US$ 1.1 billones durante el mismo tiempo.

Hay un tema en el que el ánimo político de la nación ha acercado las posiciones de Clinton y Trump: el comercio. Trump propone imponer aranceles para penalizar lo que llama prácticas desleales de algunos socios comerciales de Estados Unidos, y tomar medidas para obligar a las empresas de Estados Unidos a mantener sus operaciones dentro de las fronteras del país. Clinton, por su parte, no se ha manifestado en contra de la globalización, pero ha criticado la principal iniciativa comercial del gobierno del presidente Barack Obama: el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).

"Detendría cualquier acuerdo comercial que destruya empleos o deprima los salarios, incluyendo el TPP", dijo Clinton. "Me opongo a él ahora, me opondré a él después de la elección y también si llego a ser presidenta".