(AFP) Hillary Clinton buscaba capitalizar el de Donald Trump, quien fue demasiado lejos al sugerir, según ella, una resistencia de los defensores de la venta de armas si llega a ser electa a la Casa Blanca en noviembre.

En la larga lista de frases incendiarias o ambiguas dichas durante su campaña presidencial desde hace más de un año, Trump añadió el martes otra que encendió la polémica durante un mitin en Wilmington, Carolina del Norte (sureste).

Como de costumbre advirtió a sus simpatizantes que si la exsenadora llega a la presidencia, ella podría nombrar a los próximos jueces de la Corte Suprema que, según él, buscarían abolir la segunda enmienda de la Constitución sobre el derecho a poseer armas.

"Si ella llega a elegir jueces, no hay nada que ustedes puedan hacer", dijo Trump. "Aunque con la segunda enmienda, puede que haya (una solución), no lo sé", añadió el millonario, dejando la frase en suspenso y abriendo la polémica.

Una clara incitación a la violencia para muchos editoriales de los diarios y para la misma Clinton.

"Ayer, fuimos testigos de nuevas declaraciones que superaron los límites, en una larga serie de descuidados comentarios por parte de Donald Trump", dijo Clinton en Des Moines, Iowa (centro).

"Las palabras importan, mis amigos, y si uno está en campaña para ser presidente, o si es presidente de Estados Unidos las palabras pueden tener consecuencias tremendas", añadió.

Derecho establecidoEl servicio secreto, a cargo de la protección del presidente y de los candidatos presidenciales, indicó al canal CNN que contactó el entorno de Trump tras las declaraciones.

El millonario intentó retrucar la situación afirmando que quería solamente decir que los portadores de armas debían hacerse escuchar al votar en noviembre.

"Debemos proteger la segunda enmienda", sostuvo en Abingdon, Virginia, donde estuvo acompañado de mineros del carbón. "Es un derecho establecido".

Pero sus propios aliados reconocieron que la declaración fue desafortunada. "Cuando Trump habla, no es tan hábil como la gente imagina", dijo el miércoles Sam Clovis, miembro de su equipo de campaña.

Admitió que su candidato tiene problemas de disciplina, pero estimó que la situación no es crítica: "Queda todavía mucho tiempo el primer debate está todavía lejos".

La polémica surge en momentos que Trump cae en las encuestas. Hillary Clinton encabeza la intención de voto en los últimos 19 sondeos del portal Real Clear Politics y en promedio, la exsecretaria de Estado obtiene 48% de votos contra un 40% del millonario.

La campaña de Clinton saca ventaja del mal momento del republicano, que en las últimas dos semanas ya encabezó titulares por sus declaraciones sobre Rusia y contra los padres de un exmilitar estadounidense-musulmán caído en Irak.

Cada día se alarga la lista de conservadores que le dan la espalda a su candidatura. La mayoría no dice por quién votará, algunos aseguran haber elegido a Gary Johnson, el candidato liberal, o afirman que escribirán simbólicamente en la papeleta el nombre de personalidades como Colin Powell, aunque no sea candidato.

De su lado, Clinton rechaza la defensa ensayada por voceros de la campaña de Trump, advirtiendo sobre los riesgos que implican las declaraciones intempestivas durante una campaña presidencial.

"Su descuidada sugerencia de que más países deberían disponer de armas nucleares y ahora su descuidada incitación a la violencia", fueron citadas como ejemplo de ello.

"Cada uno de esos incidentes muestran que Donald Trump simplemente no tiene el temperamento para ser presidente y comandante en jefe de Estados Unidos", agregó.