Redacción Gestión

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París (Reuters).- El índice de aprobación del presidente francés, , cayó en febrero debido al pesimismo sobre la economía que sobrepasó a la satisfacción con su intervención militar contra rebeldes islamistas en Mali, según mostró un sondeo el domingo.

La encuesta de IFOP publicada en el semanario JDD mostró que el respaldo a Hollande había caído en un punto porcentual desde el mes anterior, dándole la misma tasa de popularidad que la del primer ministro Jean-Marc Ayrault.

La insatisfacción con el presidente socialista era mayor entre los propietarios de pequeños negocios, el 73 por ciento de los cuales estaban descontentos; los obreros y trabajadores de oficios con un 70 por ciento y los empleados del sector privado, con un 66 por ciento, señaló la encuestadora.

Los hallazgos muestran que las opiniones negativas sobre las políticas económicas de Hollande han hecho sombra a la sensación de que mostró un fuerte liderazgo este mes al enviar a las tropas francesas a Mali para ayudar a su Gobierno a repeler una ofensiva de rebeldes islamistas.

Las sombrías noticias económicas lo han perseguido desde principios de 2013, según han ido aumentado los cierres de fábricas y el desempleo a cerca del 10 por ciento. Asimismo, la Corte de Auditorías publicó un informe subrayando la laxa gestión de los fondos del Estado.

Mientras tanto, el Gobierno no ha encontrado un comprador para la refinería de petróleo Petit-Corounne en Normandía, que tiene previsto cerrar en abril y las disputas han empeorado en la planta de Peugeot en Aulnay, que en principio cerrará en 2014.

El Gobierno también ha dicho por primera vez que es improbable que pueda reducir el déficit público al 3 por ciento del PIB para finales de 2013, como indican los objetivos europeos, reconociendo las dudas al respecto que habían expresado economistas independientes.

El jefe de la Corte de Auditorías, Didier Migaud, dijo que la falta de voluntad política de reducir programas populares y atacar nichos en el Gobierno está alimentando la "adicción" al gasto público, que en Francia supone un porcentaje del PIB más grande que en ningún otro país occidental salvo Dinamarca.

Sin embargo, Migaud dijo que la Comisión Europea debería permitir variaciones cíclicas en la forma en la que mide el rendimiento de los países en función de los objetivos de déficit, ya que las políticas de austeridad en toda Europa han constreñido la actividad.

"Está claro que no podemos pensar sin tener en consideración el contexto económico", dijo a la cadena de radio Europe 1. "Puedes ver que el crecimiento es débil. ¿Debemos tener eso en consideración? Probablemente", sostuvo.