Redacción Gestión

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El Gobierno de Barack Obama asegura que un ataque a Siria es una manera de evitar que el régimen de Bashar al-Assad "vuelva" a usar armas químicas en contra de los grupos insurgentes que buscan su salida. Y aunque Estados Unidos ha apoyado a los disidentes sirios –que llevan una guerra civil de dos años–, esto no debe interpretarse como un deseo de verlos victoriosos.

Farid Kahhat, analista internacional, advirtió que "Estados Unidos –y esta es la parte que no dicen explícitamente–, preferiría una solución negociada a una victoria de la insurgencia". ¿La razón? Kahhat sospecha que, al contrario de lo que ha dicho el secretario de Estado, John Kerry, la presencia de la insurgencia islámica radical, aunque sea "una minoría", es preocupante.

"No creo que [EE.UU.] realmente piense como dijo Kerry que entre un 70% y 80% [de los disidentes] sean moderados y democráticos, y que la insurgencia islamista radical sea una minoría. Tal vez lo sea, pero no es pequeña. Un triunfo de la insurgencia podría implicar que grupos islamistas sin vocación democrática, y hostiles a los intereses de EE.UU., lleguen al gobierno en Siria", detalló.

Así, "el cálculo de EE.UU., parece ser –aunque no por las razones que daré– que al parar el avance de las tropas gubernamentales con aliados iraníes y libaneses, daría al régimen incentivos para una negociación con sectores de la insurgencia. La idea es que habría un gobierno de transición sin Bashar al-Assad, pero con sectores del actual régimen que estarían en el nuevo orden", agregó.

División de insurgentesHoy, en Siria, ya hay enfrentamientos entre sectores de la insurgencia. "Por un lado, entre el ejército libre sirio y grupos islamistas vinculados a Al Qaeda y las milicias de minoría étnica kurda en el norte del país", señaló Kahhat. Esta situación ha generado un riesgo que Estados Unidos intentaría evitar.

"El otro temor es que un triunfo de la insurgencia no lleve a un régimen estable, sino que lleve a una nueva guerra civil. Así como ocurrió en Afganistán tras la expulsión de las tropas soviéticas. Esta vez sería una guerra entre los aliados contra el régimen de Bashar al-Assad", estimó el internacionalista.

Respecto a la respuesta de Siria tras un ataque de Estados Unidos –que sería aprobado por el Congreso esta semana–, Kahhat ve poco probable que lo haga solo, ya que no cuenta con un ejército que pueda enfrentar a las fuerzas estadounidenses. Por ello, "hay un riesgo real" de que el conflicto escale a nivel regional, "pero no global".

Que Siria "vuelva a usar" armas químicas sería improbable, advirtió. "Un gobierno que tiene ese tipo de armamento y sabe que al usarlo sería objeto de represalias masivas, si lo usa contra EE.UU. particularmente, no lo haría salvo que piense que está a punto de ser derrocado". Pero ya que eliminar completamente el régimen no sería el objetivo estadounidense, el riesgo de que se use este armamento sería lejano.