Redacción Gestión

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Bogotá (Reuters).- Guerrilleros de las secuestraron a tres trabajadores petroleros en el sur de Colombia y cuatro soldados murieron en un combate con rebeldes de ese grupo, que también derribaron una torre de energía, en un recrudecimiento del conflicto en medio de la negociación de paz, informaron el jueves las autoridades.

Los nuevos ataques se conocieron después de que el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) chocaran por el anuncio de la guerrilla de que seguirá capturando efectivos de las Fuerzas Armadas, una decisión que para el ejecutivo pone en duda las intenciones del grupo sobre el proceso de paz que se negocia en Cuba.

Las dos partes reanudarán el jueves en La Habana con la que se busca poner fin al violento conflicto interno en la cuarta economía de América Latina.

Las Fuerzas Militares informaron que tres trabajadores de una empresa contratista de la petrolera canadiense Gran Tierra fueron secuestrados el miércoles por las FARC en zona rural del municipio de Piamonte, en el departamento del Cauca.

El grupo rebelde no reivindicó la acción, pero al interior de las fuerzas de seguridad se interpretó como una violación de la promesa que hizo la guerrilla hace casi un año de suspender los secuestros extorsivos.

El secuestro de los trabajadores petroleros se sumó al de dos policías el fin de semana en el departamento del por las FARC, grupo rebelde que anunció que continuará capturando a efectivos de las Fuerzas Armadas, lo que podría provocar un aumento el conflicto interno armado y que originó una enérgica reacción del Gobierno.

Por otra parte, cuatro soldados murieron el miércoles en un combate con rebeldes del mismo grupo cerca del municipio de Policarpa, en el departamento de Nariño.

Las Fuerzas Militares también reportaron que las FARC derribaron con una bomba una torre de energía en zona rural del municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander, dejando sin electricidad una amplia región.

Las recientes acciones demuestran que el grupo rebelde, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, aún tiene capacidad para realizar ataques.

Las FARC han sido debilitabas por más de una década de ofensiva militar, apoyada por Estados Unidos, en la que han muerto importantes comandantes guerrilleros y miles de combatientes han desertado.

El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha descartado firmar un acuerdo bilateral de cese al fuego con la guerrilla y advirtió que eso sólo ocurrirá si tiene éxito la negociación y se llega a un acuerdo para poner fin al conflicto interno de casi cinco décadas.