Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

(Bloomberg).- Un estudio encargado tras el fracaso de las firmas encuestadoras para pronosticar el resultado de las elecciones británicas el año pasado concluyó que no se contactó al perfil de votante acertado. Esto suscita dudas sobre si los encuestadores de otros países se enfrentan a un problema parecido.

Tras un análisis de siete meses de cientos de encuestas realizadas antes de las elecciones del Reino Unido, un panel de académicos y expertos en opinión concluyó que el fallo se encuentra en el "error de muestreo": las personas encuestadas no eran representativas de la población general. En concreto, las empresas tuvieron dificultades para obtener respuestas de unos encuestados que se mostraban apáticos a la hora de responder.

"Había demasiados votantes del Partido Laborista y muy pocos del Conservador en las muestras", dijo en una entrevista Patrick Sturgis, profesor de metodología de la investigación de la Universidad de Southampton, que dirigió el estudio. "Parece que probablemente esté relacionado con que había demasiadas personas comprometidas políticamente".

El estudio británico sigue a una serie de fracasos en los pronósticos en Israel, Europa o Canadá, que han puesto en entredicho los métodos utilizados por el sector ante el cambio de hábitos de los votantes en la era de Internet.

Al inicio del estudio, muchas firmas de sondeos manifestaron las dificultades que habían tenido para obtener respuestas de ciertos grupos demográficos, en especial los jóvenes. Entre otros factores citaron la creciente reticencia del público a responder llamadas a teléfonos fijos ante la posibilidad de que se trate de una llamada de televenta y también el hecho de que muchos jóvenes no tienen teléfonos fijos. Esto no es un fenómeno exclusivo de Gran Bretaña. En Estados Unidos, el Centro de Investigaciones Pew informó el 5 de enero que realizará un 75 por ciento de sus llamadas a móviles.

Los jóvenes que las encuestadoras efectivamente encontraron en el Reino Unido quizá tenían un compromiso político poco habitual, lo que llevó a una sobreestimación del apoyo al opositor Partido Laborista dentro de ese grupo etario, según el informe.

Presupuesto reducido.James Morris, socio de Greenberg Quinlan Rosner, que llevó a cabo sondeos para el Partido Laborista antes de las elecciones, dijo que un problema de muchas encuestas publicadas era que habían sido encargadas por organizaciones periodísticas con un presupuesto reducido y se centraban en una o dos preguntas sobre el resultado de las elecciones.

"Las preguntas sobre la intención de voto piden a los encuestados que anticipen a quién van a votar, lo que no da buenos resultados", dijo Morris en una entrevista. Este experto prefiere hacer otro tipo de preguntas como qué líder partidario gusta más. "Dar una puntuación a los líderes es una manera de que expresen lo que sienten en ese momento. Eso sí que lo saben".

Auge de Podemos.Uno de los ejemplos más recientes de los fallos en los pronósticos pudo verse en España el pasado diciembre, donde los sondeos pronosticaron con bastante precisión el resultado de los dos partidos tradicionales, pero tuvieron dificultades para medir el apoyo a las nuevas formaciones de Podemos y Ciudadanos, que participaban por primera vez en elecciones generales y atraían nuevos votantes. El resultado fue una división a cuatro bandas que se ha traducido en un impase político aún sin resolver.

Sturgis dijo que los que encargan los sondeos deberían considerar un incremento del presupuesto para obtener mejores resultados. También tuvo unas palabras de advertencia para los que esperan una solución fácil.

"No creo que el problema se pueda solucionar de una forma sencilla y permanente", dijo. "Lasencuestas y sondeos conllevan una tendencia inherente al error. Se pueden reducir y atenuar los riesgos, pero no hay una varita mágica que vaya a solucionar estos problemas para siempre".