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Que Kenji Fujimori se había convertido en el único aliado del Presidente y en su principal operador político ante la incapacidad del bloque oficialista, era una verdad que todos sabían.

Pero que el menor de los Fujimori hablaba y ofrecía el oro y el moro a nombre del gobierno –si el contenido de los videos se confirma- a nombre del Presidente y de los ministros, era una sospecha que el Ejecutivo se esmeraba en negar, pero que cobraba más fuerza con el paso de los días.

Se hablaba mucho de ello, y los fujimoristas lo denunciaban en los
últimos días, pero quedaba en eso, en sospecha y denuncia. Sin embargo, ahora las denuncias -si las pruebas son verídicas y actuales- parecen tener fundamento y cobrar visos de verosimilitud.

Si esto es así, va a pasar como lo que ocurrió con los videos de , hasta que no salieron los videos que filtró Matilde Pinchi Pinchi, nadie daba certeza a los rumores.

Esto no solo complica más al Presidente, que ha convertido a en su operador engreído y en su principal esperanza para evitar la vacancia, sino que echa terribles sombras sobre todo el gabinete, y no solo porque en los videos se hacen ofrecimientos que los involucran directamente, sino porque todo esto demostraría que la labor de los ministros en particular y del Ejecutivo en general, en lugar de estar dedicada a solucionar los principales problemas del país, ha estado orientada a prácticas cuestionables con el único fin de salvar al
Presidente.

Porque de aquí en adelante todos los rumores y las denuncias sobre
compra de votos van a ser consideradas como ciertas, lo sean o no, y
todos los votos que el Presidente pueda tener a favor, podrían ser
sospechosos de haber sido conseguidos via “compra” de conciencias a
cambio de todo lo que el Ejecutivo haya podido ofrecer.

Pero además, y quizás lo más grave, si el Presidente se salva de la
vacancia, y todo lo denunciado es verdad, se quedará con un cargo más sobre él, y su gobierno, así como sus aliados y “salvadores”
(“comprados” o no) quedarán marcados y serán comparados con aquellos personajes que en otras épocas vendieron sus votos.