Redacción Gestión

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Washington (AP).- El gobierno del presidente se acercó más el martes a tomar una decisión sobre continuar o disminuir la ayuda 1,500 millones de dólares anuales a Egipto ante las medidas de fuerza de las autoridades militares en aquel país contra los partidarios del depuesto presidente Mohamed Morsi.

Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca, dijo que en las próximas horas se realizará una discusión de Seguridad Nacional. Entre los miembros del gabinete que participarán se encuentra el secretario de Estado John Kerry.

En la reunión podría resolverse la suspensión de algunos elementos de apoyo económico y militar de para , según dijeron funcionarios estadounidenses que pidieron no ser identificados debido a que no están autorizados a hablar públicamente sobre la reunión.

El gobierno estadounidense ha insistido en que no ha tomado una decisión final sobre detener la ayuda a Egipto desde que las fuerzas armadas de aquel país derrocaron al gobierno encabezado por la Hermandad Musulmana de Morsi, suspendieron la Constitución egipcia y tomaron medidas duras contra las protestas islamistas.

En la última semana han muerto aproximadamente 1,000 personas. Obama y sus asesores han estado buscando una manera de expresar el disgusto de Estados Unidos, manteniendo al mismo tiempo la poca influencia que tenga aún con su ex aliado árabe incondicional.

Hasta ahora, Obama se ha mostrado reacio a tomar decisiones apresuradas, insistiendo en que no serviría a los intereses de Estados Unidos eliminar repentinamente la financiación para operaciones que cubren desde combatir a al-Qaida en el corazón del Medio Oriente a salvaguardar la estabilidad del Canal de Suez, detener el flujo de armas a la Franja de Gaza controlada por el grupo Hamas y garantizar la seguridad de Israel.

Durante semanas, el gobierno ha dicho que no calificará la toma del poder por los militares como un golpe de Estado; tal decisión detonaría la suspensión inmediata de la mayoría de los programas de ayuda de Estados Unidos.

No obstante, Marie Harf, portavoz del departamento de Estado, dijo que Estados Unidos está tratando de cumplir con todos los trámites y ha conducido una revisión jurídica.

Esa revisión encontró que la mayoría de las formas de ayuda económica de Estados Unidos estarían permitidas aún si se declarara un golpe de Estado, debido a que los fondos para promoción de la democracia, salud y otros programas están exentos de recortes, indicó. La ayuda militar no goza de esa salvedad.