Redacción Gestión

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México,Reuters.- Joven, elegante y capaz de desatar la euforia típica de un cantante famoso: Enrique Peña Nieto logró el domingo devolver el poder a su controvertido partido político, el PRI, visto por años como el culpable de todos los males de México.

El Partido Revolucionario Institucional, que el escritor peruano Mario Vargas Llosa describió como "la dictadura perfecta", timoneó al país durante 71 años seguidos hasta el 2000, cuando la población lo castigó en las urnas hastiada de los escándalos de corrupción y el autoritarismo.

Pero más de una década después, Peña logró con su ángel cautivar a millones de mexicanos cansados de la violencia del narcotráfico en los últimos seis años y la falta de empleo.

"Vamos a tener un Gobierno eficaz, honesto, transparente y que rinda cuentas (…) La lucha contra la violencia va a seguir. Sí, con una nueva estrategia para proteger la vida de los mexicanos", dijo el domingo cerca de la medianoche un sonriente Peña Nieto, mientras sus seguidores gritaban: "Presidente".

También prometió mantener una economía de libre mercado pero con "conciencia social".

La campaña se centró en su figura. El ex gobernador de 45 años no lanzó al ruedo propuestas realmente novedosas para atacar los principales problemas de la nación de 112 millones de habitantes.

Pero puso en práctica la misma fórmula que usó cuando fue gobernador del populoso Estado de México (2005-2011): firmar ante notario sus compromisos, una estrategia con la que consolidó una imagen de político fiable.

"Tú me conoces, y sabes que lo voy a cumplir", repitió en la propaganda que inundó los medios de comunicación durante los 90 días de campaña.

El gobernante Partido Acción Nacional (PAN) desafió su estilo y aseguró que muchas obras en el Estado de México quedaron inconclusas o eran pequeñas tareas normales de cualquier municipio ampliamente promocionadas con dinero público.

Sus adversarios y medios de prensa llegaron a decir que es un "producto de mercadotecnia", un galán de telenovelas impuesto por la poderosa Televisa y que una de las patas del plan fue su matrimonio en el 2010 con una de las estrellas de la cadena, la popular actriz Angélica Rivera.

Pero nada hizo mella en su popularidad.Ni la revelación de infidelidades, ni los dos hijos que tuvo con amantes durante su primer matrimonio, ni siquiera un amplio movimiento estudiantil que se declaró "anti-Peña" y organizó marchas en su contra hasta el mismo momento en que Peña Nieto estaba votando este domingo.

En la mayoría de las encuestas el candidato estuvo muy por encima de sus dos principales rivales: Andrés Manuel López Obrador, de una alianza de izquierda liderada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Josefina Vázquez Mota, abanderada del oficialista PAN.

EjecutivoSiempre peinado con gel, copete levantado y vestido de punta en blanco, sus cercanos definen a Peña como un jugador de equipo y buen gerente, que ha sabido rodearse de gente capaz.

Declarado como un pragmático que le gustan los resultados y no las ideologías, dijo que de ser presidente impulsará más apertura a capitales privados en la petrolera Pemex, la vaca sagrada de la economía mexicana, en una reforma que primero debería vencer resistencia dentro de su propio partido.

Pero sus raíces lo persiguen.Peña se formó políticamente en lo que analistas denominan el Grupo Atlacomulco, visto como parte de la vieja guardia del PRI, a menudo caricaturizada como un dinosaurio de pesada cola que manejó los hilos de muchas administraciones priístas.

El grupo, cuya existencia niegan líderes del partido, está integrado supuestamente por ex gobernadores del Estado de México que nacieron en el pueblo de Atlacomulco en las últimas siete décadas, y que funciona como una suerte de familia muy unida.

A su alrededor se han tejido oscuras historias de corrupción y una historia cuenta que una adivina del pueblo predijo que de allí saldrían seis gobernadores y uno de ellos llegaría a presidente.

Ninguno lo había logrado. Peña es el séptimo gobernador de Atlacomulco, según el libro "Negocios de familia", de Francisco Cruz y Jorge Toribio Montiel.

El luis Miguel de la PolíticaDurante la campaña, sus rivales le recordaron que su carrera política, que transcurrió en la administración y el Congreso del Estado de México, se desarrolló a la sombra del ex gobernador Arturo Montiel, acusado de enriquecimiento ilícito al final de su mandato y de quien Peña fue su sucesor.

Pero la sombra de Montiel, o las revelaciones de presuntos vínculos con el narcotráfico de gobernadores priístas como Tomás Yarrington, a quien Estados Unidos le congeló bienes en ese país, tampoco lograron dañar su imagen.

"Juntos vamos a dejar atrás las prácticas de la vieja política", prometió Peña días antes de la elección en un multitudinario acto de campaña, intentando ahuyentar los fantasmas de corrupción y autoritarismo que pesan sobre el PRI.

Hay quienes lo llaman el "Luis Miguel" de la política por su aspecto de galán y porque en los actos públicos muchas de sus simpatizantes pierden la cabeza por él. Peña se deja abrazar, besar y tomar fotos por todas.

Durante su campaña a gobernador en el 2005, llegaron a gritarle "¡Enrique, bombón, contigo hasta el colchón!" y, cual cantante, tuvo clubes de fans por todo el país que fueron impulsados por su primera esposa, Mónica Pretelini.

"El PRI gobernó 70 años, a lo mejor tuvo un error o dos, pero si vuelve a ganar el PRI tendremos mejores posibilidades de vida y de ayuda. Es algo que conocemos y el PRI sabe gobernar", afirmó el domingo Avelina Martínez, de 44 años, una mujer quien dijo vivir a las afueras de Atlacomulco.