Reuters.- Miles de opositores venezolanos se enfrentaban el lunes en las calles de Caracas contra las fuerzas de seguridad que, con bombas lacrimógenas y camiones hidrantes, replegaron una protesta contra la iniciativa del presidente Nicolás Maduro de reescribir la Constitución.

Cubriéndose con barricadas hechas de escombros, manifestantes, en su mayoría jóvenes, devolvían las lacrimógenas y lanzaban piedras y cócteles molotov a los uniformados, que intentaban despejar la principal autopista de la capital.

La dirigencia opositora convocó a sus seguidores de todo el país a viajar a la capital para la "Toma de Caracas", pero desde el fin de semana los principales accesos a la ciudad fueron restringidos por las autoridades.

"Queremos ejercer presión contra el Gobierno. No pueden imponer una Constituyente en que algunos votan y otros no", dijo Luis Serrano, un ingeniero de telecomunicaciones de 22 años, usando un casco en medio de una intensa nube de gas lacrimógeno.

La oposición cumplió 80 días de protesta en las calles y ha dicho que seguirá presionando hasta que se cumplan sus principales demandas, como elecciones presidenciales adelantadas, respeto de los derechos humanos y liberación de más de un centenar de "presos políticos".

Por su parte, Maduro sostiene que las protestas, en medio de las que han fallecido unas 70 personas, sólo buscan desbancarlo.

Presión internacionalEn el centro de Caracas, cientos de seguidores de Maduro también tomaron las calles para expresar su apoyo a una Asamblea Nacional Constituyente que, aseguran, desmantelará instituciones como el Parlamento, en manos de la oposición, y la Fiscalía, liderada por una funcionaria crítica de Maduro.

Mientras, los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) trabajan para llegar a una resolución de consenso sobre la crisis en Venezuela*, en el marco de la Asamblea General del organismo en Cancún.

Sin embargo, la canciller Delcy Rodríguez dijo desde la reunión que Venezuela "no va a avalar" ninguna decisión tomada por el organismo hemisférico, del que Maduro ordenó retirarse.

"No necesitamos ningún tipo de intervención, no necesitamos ningún tipo de tutelaje para que los venezolanos y venezolanas podamos resolver nuestros problemas", enfatizó.

Las elecciones para elegir a los nuevos redactores de la carta magna están previstas para el 30 de julio, pero la oposición está boicoteando la convocatoria y ha adelantado que intensificará sus acciones de protesta.

"La calle es el medio de expresión que tiene nuestro pueblo frente a las arbitrariedades y las tropelías del Gobierno", dijo el líder opositor Henrique Capriles. "El país tiene que seguir presionando para que ese proceso fraudulento no se dé".