(Bloomberg) Donald Trump "necesita un milagro" para ganar, dice Stuart Rothenberg, un analista político a la antigua usanza. Por otro lado, el politólogo Drew Linzer estima que las probabilidades de Trump son aproximadamente 1 en 4, o como él lo explica: "Lance una moneda dos veces: si obtiene dos caras, entonces Trump será presidente". El modelo de Nate Silver también da a Trump un 25% de posibilidades.

Los estimados de Linzer y Silver son un tanto generosos con Trump en comparación con los de otros pronosticadores, pero ninguno de ellos está en el rango de "necesita un milagro".

Aquí una manera de cómo leer lo que los analistas de encuestas dicen -y por qué sus estimaciones no pueden explicar por completo cuán difícil será que Trump se recupere.

Predicciones como aquellas hechas en FiveThirtyEight hacen básicamente dos cosas. Primero, utilizan promedios de todas las encuestas para calcular cómo va la contienda.

Luego, los ajustan a cómo cambiarían las cosas normalmente con el tiempo que queda antes de la elección.

Estos pronósticos podrían salir mal si los sondeos son por alguna razón sistemáticamente incorrectos. Esto es posible, a pesar de que es poco probable que estén mal por más de uno o dos puntos porcentuales, en cualquiera de las dos direcciones.

Los pronósticos pueden estar equivocados de otro modo, aun si las encuestas dan una panorámica precisa de la intención de voto actual. Podrían no ser capaces de tomar en cuenta factores que no están presentes usualmente entre ahora y el día de las elecciones.

Estas son tres maneras en las que Trump es diferente, y todas parecen estar en su contra:

Su incapacidad de controlar lo que dice. Regularmente, las pifias de un candidato acaban siendo irrelevantes; pueden dominar las noticias por un día o dos, pero luego desaparecen. Trump ha demostrado que no puede evitar hacer declaraciones fuera de lugar y controversiales, y luego las discute durante los siguientes días en los noticieros y sus mítines. Algunos efectos de esto ya se reflejan en las encuestas. La falta de una campaña adecuada. Este obstáculo ya está incorporado en los modelos ya que la actual ventaja de Hillary Clinton reside supuestamente en su falta de respuesta hacia la publicidad que ella hace en su contra. Su incapacidad de unificar a su partido. Esto garantiza que los principales republicanos condenarán cualquier cosa extravagante que diga, y que por tanto se envíen mensajes confusos a los votantes republicanos.Resulta imposible calcular la magnitud de estos tres efectos. Pero si los actuales pronósticos basados en las encuestas dan a Clinton de 75% a 85% de posibilidades de ganar, y le sumamos el resto de lo que ya sabemos, entonces quizá Trump si se encuentre en el nivel de necesitar un milagro.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

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