Como presidente con números en las encuestas históricamente bajos, Donald Trump podrá al menos encontrar consuelo en esto: a Hillary Clinton le va peor.

La rival demócrata de Trump en 2016 es vista favorablemente por sólo 39% de los estadounidenses en la última Bloomberg National Poll, dos puntos por debajo del presidente.

Es la segunda puntuación más baja para Clinton desde que la encuesta comenzó a seguirla en septiembre de 2009.

La ex secretaria de Estado siempre ha sido una figura polarizadora, pero esta encuesta muestra que ha perdido popularidad incluso entre quienes la votaron en noviembre.

Más de un quinto de los votantes de Clinton dicen que tienen una visión desfavorable de ella. Comparativamente, sólo 8% de los probables votantes de Clinton pensaban así en la última encuesta de Bloomberg previa a las elecciones, y sólo 6% de los votantes de Trump dicen ahora que lo ven de manera desfavorable.

"El descontento es cada vez mayor con Hillary Clinton pese a que se ha mantenido en gran medida fuera del centro de atención", dijo la encuestadora J. Ann Selzer, que supervisó la encuesta.

"No es una aversión generalizada hacia el partido, ya que los números para otros demócratas son buenos", dijo.

La ex primera dama y senadora por Nueva York dio algunos discursos y en ocasiones pincha a Trump en Twitter, pero se ha mantenido mayormente fuera de la vista desde una derrota en noviembre que conmocionó a la dirigencia política y sorprendió a los mercados.

En las entrevistas de seguimiento con los participantes de la encuesta, los votantes de Clinton negaron que sus sentimientos negativos hacia ella tuvieran algo que ver con haber perdido las elecciones y, por ende, ayudar a Trump a mudarse a la Casa Blanca.

Sus comentarios suelen reflejar, en cambio, la angustia que sienten los demócratas a la hora de posicionarse mejor contra Trump y los republicanos en 2018 y más allá.

Muchos dijeron que habrían deseado que el senador Bernie Sanders de Vermont ganara la nominación demócrata, o que nunca les gustó Clinton y sólo votaron por ella porque era la menor de dos malas opciones.

"No me parecía auténtica ni genuina", dijo Chris Leininger, de 29 años, agente de seguros de Fountain Valley, California. "Era difícil quererla".

Leininger, una votante independiente que se inclina hacia los demócratas, dijo que Sanders le resultaba mucho más agradable y con un mejor discurso para los votantes.

"Pero yo no la culpo por Trump", dijo. "Hubo muchos factores que intervinieron para que Trump fuera presidente y ella fue sólo uno más".

Como ocurrió durante toda la campaña, Clinton es víctima de las brechas de género y raciales. Sólo 35% de los hombres tienen una opinión favorable de ella, en comparación con el 43% de las mujeres. Y les agrada sólo a 32% de los blancos, en comparación con el 51% de no blancos.

La menor puntuación para Clinton en la encuesta de Bloomberg, un punto porcentual por debajo de su popularidad actualse registró en septiembre de 2015, cuando luchaba con Sanders antes de emitir los primeros votos en las primarias y mientras se intensificaba el escándalo que rodeaba el uso de un servidor de correo electrónico privado.

"Sentí que había pedantería, que era simplemente una mujer política que se autoproclamaba demócrata pero que podría haber sido republicana", dijo el participante de la encuesta Robert Taylor, de 46 años, maestro de segundo grado en el suburbio de Chicago que votó por Clinton, pero que habría preferido a Sanders como candidato demócrata.

Aun antes de las elecciones, tenía un sentimiento negativo hacia Clinton, dijo Taylor, pero no la culpa de que Trump sea presidente.