Redacción Gestión

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Reuters.- El fuerte apoyo a la líder de extrema derecha Marine Le Pen en la primera ronda de la elecciones presidenciales en Francia mejoró las posibilidades del presidente Nicolas Sarkozy de ser reelecto, aunque podría tener dificultades para recibir sus votos y conservar el poder.

Los sondeos muestran que menos votantes del Frente Nacional apoyarán al conservador Sarkozy en el balotaje que en el 2007. Además, mientras más gire a la derecha el mandatario en el tema de inmigración se arriesga a alienar a los votantes de centro, a los que también necesita.

Los rivalesEl socialista Francois Hollande del domingo por 28.6% ante un 27.1%, pero Le Pen se robó la noche con un sorprendente 17.9%, el máximo resultado logrado por un candidato de extrema derecha en ese país.

Tras recibir casi uno de cada cinco votos, Le Pen se convirtió en una figura clave para la segunda ronda entre Sarkozy y Hollande, pero los analistas creen que la capacidad del presidente de atraer a la extrema derecha es limitada por sus compromisos europeos y su necesidad de conservar el apoyo del centro. "Será muy difícil para Sarkozy reunir votos del Frente Nacional y del centro al mismo tiempo", dijo el politólogo Jean-Yves Camus, experto en la extrema derecha.

En su campaña, Le Pen propuso abandonar el euro y liberarse de las ataduras de la política económica europea. Su mensaje apeló a los trabajadores mal pagados, los desempleados y a jóvenes blancos disconformes con la falta de trabajo y los pedidos de austeridad, de los cuales culpan a la integración europea.

Camus dijo que la estrategia de Sarkozy de levantar banderas sensibles como el Islam y la inmigración para seducir a los votantes de extrema derecha está teniendo un efecto limitado entre las personas que quieren que Francia abandone el euro.

El presidente ya prometió reducir la inmigración a la mitad y retirar a Francia del Acuerdo de Schengen de fronteras abiertas a menos que se fortalezcan las líneas que separan a los países. Pero como responsable de la segunda economía europea, no le será fácil complacer a los votantes de Le Pen.

"La gente hoy está más preocupada por la crisis económica, el desempleo y el poder adquisitivo que de la inmigración. Los votantes de Le Pen quieren el fin del euro y de Europa (la Unión Europea) y saben que Sarkozy está atado a esas cosas y al liberalismo económico", señaló Camus.