“El Congreso ha aprendido que tiene una capacidad de poder que antes no había probado, sobre todo cuando tienes un presidente sin bancada o con bancada parlamentaria pequeña”, advierte Tuesta. (Foto: GEC)
“El Congreso ha aprendido que tiene una capacidad de poder que antes no había probado, sobre todo cuando tienes un presidente sin bancada o con bancada parlamentaria pequeña”, advierte Tuesta. (Foto: GEC)

Las elecciones presidenciales y legislativas del 11 de abril en Perú podrían dejar un Congreso conformado por casi una decena de partidos y sin una bancada oficialista dominante, lo que obligaría al próximo gobernante a buscar alianzas para evitar la inestabilidad política vigente desde el 2016.

A menos de un mes para los comicios la presencia de 18 candidatos presidenciales y toldas políticas en carrera, todos con bajo porcentaje de votación según las encuestas, resultaría en un Congreso fragmentado, opina el analista político Fernando Tuesta.

Tendremos entre siete u ocho partidos en el Congreso, y eso es un problema. Vamos a tener ese fraccionamiento de muchas bancadas que a su vez tienen capacidad de ejercer su minipoder, de aliarse u oponerse”, explica.

Esto conlleva un riesgo de inestabilidad política en un país que, durante el último lustro, ha tenido cuatro presidentes, dos Congresos y un desfile de ministros por enfrentamientos entre el Ejecutivo y Legislativo.

El Congreso ha aprendido que tiene una capacidad de poder que antes no había probado, sobre todo cuando tienes un presidente sin bancada o con bancada parlamentaria pequeña”, advierte Tuesta, quien pone como ejemplo los casos de los expresidentes Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra, y el actual mandatario interino Francisco Sagasti.

Los dos primeros debieron enfrentar la agresiva oposición del partido fujimorista Fuerza Popular, que dominaba la cámara con 73 de los 130 escaños totales. El partido oficialista de entonces, Peruanos Por el Kambio, apenas obtuvo 18 de los 130 escaños de la cámara en las elecciones que ganó Kuczynski ajustadamente en el 2016.

En cuanto a Sagasti, llegó a la jefatura del Estado en noviembre pasado cuando Perú tuvo tres presidentes en un lapso de 10 días después de que el Congreso destituyó a Vizcarra y nombró a Manuel Merino, que luego renunció por las protestas populares y la represión en ellas.

Alianzas y posturas

Los sondeos muestran al excongresista de centroderecha Yonhy Lescano como líder de la campaña, con el ultraconservador Rafael López Aliaga y el exfutbolista George Forsyth (centroderecha) bregando por el segundo lugar y el acceso a la segunda vuelta prevista para junio.

Pero quien gane el sillón presidencial tendrá que buscar aliarse con varios grupos políticos para sacar adelante su gestión, consideró Alfredo Torres, presidente de la firma encuestadora Ipsos Perú en una conferencia con corresponsales.

En principio quien sea electo tendrá que hacer un esfuerzo para concertar alianzas, porque no podrá gobernar solo”, dice.

Detalla que para Kuczynski esto no fue posible porque precisamente derrotó al fujimorismo, que tenía la mayoría absoluta, mientras que los expresidentes Ollanta Humala y Alejandro Toledo (2011 y 2006) “no tenían mayorías absolutas pero sí pudieron armar mayorías funcionales y con eso gobernar”.

Ahora, señala Torres, “en esta elección tendría que ser una alianza hasta con dos partidos, el del presidente y dos más”, lo que dejaría en manos del nuevo mandatario, su habilidad y capacidad política, la estabilidad para “no volver al círculo de amenazas y vacancias presidenciales”.

Tuesta manifiesta que si Lescano ganase las elecciones “tendría un parlamento con su partido (Acción Popular) como la primera minoría, pero ahí tiene dos problemas: ser un partido de ancha base y de anchos liderazgos no es una fortaleza para gobernar, porque las contradicciones internas son muchas”.

Por otra parte si el ganador fuese Forsyth, Tuesta considera que “podría construir alguna coalición, pero tendría como opositores a Renovación Popular (la tolda de López Aliaga) y a Fuerza Popular” (de Keiko Fujimori).

Respecto a López Aliaga, expone que su campaña “se ha construido sobre una alta polarización, han criticado a todos” por lo que podría buscar alianzas con la derecha fujimorista.

Bajo esa perspectiva de incertidumbre y con la certeza de que será muy complicado que un partido controle por sí solo el parlamento, Perú se enfrenta el 11 de abril al reto de fortalecer sus instituciones para cimentar su democracia.