Redacción Gestión

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Bangkok, Tailandia (AP).- El ejército tailandés tomó el poder en un incruento, disolvió el gobierno, suspendió la constitución, y dispersó a manifestantes de ambos lados del espectro político que se habían concentrado en Bangkok y generado temores de una confrontación violenta.

El poderoso jefe del Ejército, general Prayuth Chan-ocha, anunció el golpe militar en una declaración transmitida por la televisión nacional. A esta siguieron una serie de anuncios, el primero de los cuales fue un toque de queda nacional de 10 de la noche a 5 de la mañana, y luego la suspensión de la carta magna.

También se ordenó al primer ministro derrocado y otros 17 altos funcionarios de gobierno que se presentaran inmediatamente ante la nueva comisión militar gobernante.

Los soldados mantenían una presencia discreta en el centro de la capital. Pero hacia la hora del toque de queda, empezaron a desviar el tráfico en las intersecciones principales y bloquear con vehículos blindados algunas de las arterias principales, como la que pasa frente a la embajada estadounidense. Los soldados dispersaron a los manifestantes de ambos bandos, el que apoyaba al gobierno electo derrocado y el que luchaba desde hacía siete meses para derrocarlo.

Aunque las fuerzas armadas insisten que no toman partido, el derrocamiento del gobierno era el objetivo central de los manifestantes opositores. Los "Camisas Rojas", partidarios del gobierno derrocado, habían dicho que no tolerarían un golpe, pero en principio no había señales de resistencia ni reportes de violencia. El ejército envió cientos de autobuses para llevar a los manifestantes a sus casas.

Se formaron largas colas en las estaciones de tren, metro y terminales de autobús, cuando oficinistas presas del pánico trataban de llegar a sus casas antes del toque de queda. Luego se anunciaron excepciones a éste para viajeros y trabajadores de turno nocturno, entre otros.

Flanqueado por los comandantes de las fuerzas armadas, Prayuth dijo que el objetivo del golpe era "recuperar rápidamente la normalidad, permitir que la gente tenga amor y unidad como en el pasado y reformar los sistemas políticos y económicos, y otorgar igualdad a cada bando".

"Pedimos al público que no caiga en el pánico y continúe con su vida normalmente", dijo Prayuth, y añadió que las fuerzas armadas "darán protección" a los extranjeros.

Un vocero militar anunció luego que se había disuelto el gobierno interino y suspendido la constitución, pero que el Senado seguiría en funciones. Suspendió toda la programación televisiva y la reemplazó con música patriótica para ocupar el tiempo de aire entre anuncios.

Fue el 12do golpe de estado desde que la monarquía absoluta de Tailandia llegó a su fin en 1932.

El país ha sido presa de una inestabilidad política por más de siete años.

El más reciente periodo de agitación comenzó en noviembre, cuando manifestantes salieron a la calle para pedir la salida de la primera ministra Yingluck Shinawatra, a quien acusaban de ser una marioneta de su hermano Taksin, quien fue derrocado en 2006 por los militares y ahora vive en un exilio autoimpuesto para evitar ser condenado por corrupción.