Redacción Gestión

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Pulso Perú. Parece, como decía Heráclito, que en estas elecciones lo único constante es el cambio, pues salvo Keiko Fujimori, que mantiene el primer lugar en la intención de voto —aunque sin modificación desde hace cuatro meses— las posiciones de los otros candidatos se han visto modificadas, por el crecimiento, hasta enero, de César Acuña, y en la última encuesta por el repunte de Julio Guzmán, que en octubre del año pasado casi no figuraba en las encuestas y hoy ostenta el segundo lugar, por ahora.

La única certeza que se puede tener, a dos meses de las elecciones, es que Fuerza Popular disputará la segunda vuelta. Sin embargo, aún no se puede determinar qué partido lo acompañará pues si bien la mayoría de encuestados asegura que tiene su voto "totalmente decidido", la verdad es que solo en este último mes un 20% de personas ha cambiado su intención de voto.

El plan de gobierno de los candidatos no parece determinante al momento de establecer las preferencias, pues apenas un 7% ha leído totalmente el plan de gobierno de los candidatos, mientras que el 43% se ha enterado de algunas propuestas por los medios o a través de los amigos. Tampoco la confianza que despiertan en la población parece ser crucial, pues si bien Pedro Pablo Kuczynski es el candidato en el que más confían las personas (62% confía mucho + poco), su intención de voto no lo refleja.

Ante esta situación, el candidato que descubra la clave para enganchar con los intereses de la mayoría de la población en los próximos dos meses podría ser quien finalmente gane la contienda electoral.

Aún queda camino por recorrer, apenas el miércoles culmino la labor de los partidos al presentar las listas al Congreso y ahora es el turno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) cuya labor será revisar que todos los pasos dados por los partidos políticos hayan sido conforme a ley, y de no ser así planteará las tachas y observaciones necesarias. Discrepamos de aquellos que consideran que la difusión de una encuesta puede influir en la decisión de una institución, salvo que se pretenda insinuar que el JNE carece de la fortaleza necesaria para actuar de manera independiente. Si alguna persona o grupo duda del JNE debería plantearlo abiertamente.