Bloomberg.- Tras colapsar el intento de derogar Obamacare, los republicanos podrían tener que elegir entre buscar otro proyecto de ley de salud o promover una revisión de impuestos este año, porque casi con seguridad no hay tiempo suficiente para hacer ambas cosas.

Y eso no es ni siquiera su problema más grande –el cual es que no pueden ponerse de acuerdo sobre cuál de las alternativas–. El debate en el Senado la semana pasada dejó al descubierto lo agudamente dividido que el partido sigue estando en el tema del cuidado de la salud. Y el jueves, el grupo encargado de elaborar un plan tributario dejó claro que hasta ahora se ha acordado sobre muy poco.

Para empeorar las cosas, tanto el Senado como la Cámara de Representantes se enfrentan a un montón de asuntos urgentes en septiembre que requieren cooperación con los demócratas: financiar el gobierno después del 30 de septiembre y levantar el techo de la deuda, cosa que, según dijo el Departamento del Tesoro el viernes, debe ocurrir para el 29 de septiembre.

Eso plantea la posibilidad de otro debate prolongado que descarrilaría la acción en materia del cuidado de la salud, los impuestos, o ambos -o un cierre del gobierno, una idea a la que el presidente Donald Trump parece estar abierto–. Para los republicanos, todavía en busca de un importante logro legislativo bajo Trump, el tiempo se está agotando para 2017.

La Cámara de Representantes ya ha entrado en su receso de verano. El Senado está en sesión esta semana, pero el senador John McCain regresó a Arizona para recibir tratamiento contra el cáncer, dejando a los republicanos con una mayoría de 51-48 y un debate sobre quién es el culpable de la derrota de una de las principales prioridades de su partido.

Acosados por TwitterEn resumen, los republicanos no están contentos, ni siquiera con sus propios líderes. Por un lado, no pueden escapar de las agresivas erupciones de la Casa Blanca y Trump en las cuentas de Twitter.

El sábado, el presidente dijo que los republicanos del Senado "parecen estúpidos y están perdiendo el tiempo". Incitó a los legisladores a probar que no son "desertores totales" aprovechando otra oportunidad de revocación y reemplazo.

"Si Obamacare está perjudicando a la gente, y lo está, ¿por qué no debería dañar a las compañías de seguros y por qué no debería el Congreso estar pagando lo que el público paga?", dijo Trump.

Muchos miembros del partido también se han enfurecido por el proceso a puerta cerrada empleado por el líder de la mayoría, Mitch McConnell de Kentucky, y el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan de Wisconsin, para elaborar sus proyectos de ley para la atención médica -fuera de la vista de los demócratas y de la mayoría de los propios miembros del partido–.

Pero hasta ahora, los líderes republicanos están siguiendo el mismo camino con su proyecto de impuestos.

"Cuando estás haciendo algo complicado, ponte con tus compañeros mucho más temprano, porque pueden no ser del mundo de los impuestos o de la financiación de la atención de la salud, tienen diferentes especialidades en la vida", dijo el representante David Schweikert, republicano de Arizona y miembro del comité de presupuesto. Y se burló "de la arrogancia de decir simplemente, 'Oye, esto es algo bueno'".

Las conversaciones fiscales de alto nivel en los últimos meses no han producido detalles para el público más allá de la decisión de Ryan de renunciar a su idea de un régimen de ajuste fiscal en frontera destinado a hacer más competitivos los bienes fabricados en Estados Unidos.