Redacción Gestión

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(Bloomberg).- ha expresado algunas ideas radicales en materia de política exterior –incluso la de que Estados Unidos, como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, puede elegir ayudar o no a un aliado bajo ataque-. Para comprender lo alarmantemente equivocada que es esa postura, vale la pena leer la nueva novela de un ex alto funcionario de la OTAN.

El libro –titulado "War With Russia, 2017"- relata una serie aterradora de acontecimientos. Los miembros de la OTAN se enredan en disputas por el aporte de fondos y el modo de lidiar con Rusia, dejando fuerzas inadecuadas en la región báltica. Envalentonado por la debilidad que percibe, el presidente ruso lanza un ataque sorpresivo y toma Letonia, Lituania y Estonia en cuestión de días.

Para cuando los líderes occidentales se resuelven a responder, se encuentran con tropas rusas atrincheradas y protegidas por complejas defensas aéreas… y por la promesa de Putin de responder cualquier ataque con armas nucleares tácticas. Una guerra nuclear declarada pasa a ser una clara posibilidad.

Esta no es una fantasía descabellada. El autor, el general británico Sir Richard Shirreff, considera esta situación hipotética demasiado verosímil. Después de haber sido Subcomandante Aliado Supremo para Europa de la OTAN deL 2011 aL 2014, tiene un profundo conocimiento de las capacidades militares rusas, europeas y estadounidenses.

Dice haber escrito el libro como "advertencia urgente" sobre el creciente riesgo de conflicto militar con Rusia –y la locura de permitir que Putin crea que una invasión a los países bálticos podría tener éxito con relativa facilidad-.

"La Fortaleza Estadounidense no existe", dijo Shirreff en una entrevista. "Cualquier conflicto europeo potencialmente es un conflicto mundial. La defensa de los Estados Unidos comienza en las fronteras boscosas de Estonia, Letonia y Lituania".

Shirreff considera que la situación se ha deteriorado desde que terminó el libro en diciembre. El terrorismo, la crisis de los refugiados, el persistente malestar económico y el referéndum británico para abandonar la Unión Europea han profundizado la discordia entre las naciones europeas. Aunque la OTAN ha realizado ejercicios de adiestramiento y reforzado sus fuerzas de defensa convencionales, el desequilibrio militar en la región báltica sigue inclinándose a favor de Rusia.

Tres nuevas divisiones de fusileros motorizados de Rusia, cada una con unos 15,000 a 20,000 efectivos, se han trasladado cerca de la frontera en los últimos meses, y las simulaciones de los juegos de guerra muestran que las tropas de la OTAN en la región no son en absoluto suficientes para detener un avance.

Entretanto, los Estados bálticos resultan cada vez más atractivos para Putin. La popularidad del presidente en su país aumentó cuando utilizó las fuerzas armadas modernizadas de Rusia para lograr sus objetivos en Georgia y Ucrania, incluida la anexión de Crimea. En los países bálticos vive más de un millón de rusos étnicos, a quienes Putin ha prometido proteger. Nuevas victorias militares podrían contribuir a distraer la atención de los problemas económicos del país.

En consecuencia, Shirreff cree que el principal factor para disuadir a Rusia de una agresión bien podría ser la decisión claramente expresada de EE.UU. de defender a los países de la OTAN. "La seguridad de Europa", señaló, "es absolutamente dependiente de la certidumbre total de que EE.UU. vendrá en auxilio de cualquier nación de la OTAN que sea atacada".

Como dijo el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell, quizá la afirmación de Trump sobre la OTAN fue sólo un "error de novato". Más terrorífica es la posibilidad de que su decisión de "hacer grande a Estados Unidos otra vez" signifique alejarse de manera decidida de lo que ha hecho grande a Estados Unidos en el pasado, por ejemplo, su apoyo constante e inquebrantable a sus aliados.