Ciudad de México (Reuters).- El cubano José Enrique Manreza, que vendió su casa y sus pertenencias para embarcarse en una travesía en avión, autobús y a pie en la búsqueda del sueño americano, ahora está atrapado en una ciudad fronteriza mexicana después de que Washington terminó abruptamente una política indulgente de inmigración.

El presidente estadounidense, Barack Obama, puso fin el jueves a una política que garantizaba la residencia a los cubanos que llegaran a Estados Unidos sin visa y al estatus especial para los profesionales médicos de la isla.

El levantamiento de la política, conocida como "pies secos, pies mojados", entró en efecto inmediato, dijo el Departamento de Estado en un comunicado.

"Imagínese cómo me siento después de que estuve seis días con seis noches corriendo por el río, por la selva, la humedad", dijo Manreza, en un refugio para inmigrantes en la ciudad de Tapachula, en el sur de México, donde escuchó la noticia junto con otros 30 cubanos.

Manreza estima que ha gastado cerca de US$ 10,000 en su viaje, incluyendo un vuelo a la Guyana francesa, guías a través de América del Sur y sobornos para defenderse de los agresores que trataron de abusar de su hija durante el viaje.

"Tuve que dar dinero, mucho dinero y ahora nos pasa ésto, no puede ser", dijo Manreza, que administraba un almacén en La Habana antes de partir en diciembre. Dijo que está tratando de decidir si regresa a Cuba, sin dinero, o busca asilo en México.

Anticipando el final de la política, la inmigración cubana repuntó desde la normalización del 2014, y Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, dijo que unos 40,000 cubanos llegaron a Estados Unidos en el 2015 y alrededor de 54,000 en el 2016.

Las cifras han sido más bajas en los últimos meses, pero los cubanos que se encontraban en ruta en Panamá dijeron que cientos más venían detrás de ellos en las selvas traicioneras del Darién.

"Vienen más cubanos con niños embarazadas, personas mayores", dijo Gabriel Alejandro Marín, que forma parte de un grupo de 50 inmigrantes que se encontraba en Ciudad de Panamá. "Hemos vendido todos los muebles para esto", agregó.

Miles de cubanos se congregaron en Costa Rica y Panamá el año pasado en momentos en que los países centroamericanos se esforzaban por hacer frente a la afluencia. El Salvador dio la bienvenida a la nueva política el jueves, diciendo que todos los inmigrantes deben ser tratados por igual.

Honduras, desde donde miles de inmigrantes viajan a Estados Unidos cada año pese a la ausencia de un tratamiento especial como el que recibían los cubanos, dijo que espera para ver si el cambio en la política lleva a menos cubanos a viajar.

Manreza dijo que su esposa, una enfermera, estaba trabajando en Venezuela como parte de un programa cubano de petróleo por médicos. Obama también revirtió un programa de "razones médicas" que data del 2006, que permitía a los médicos cubanos que trabajaban en terceros países trasladarse a Estados Unidos simplemente al ingresar a una embajada estadounidense.

"Cuando le llamé se puso a llorar", dijo Manreza, sin especificar si su mujer había tenido la intención de desertar bajo el marco del programa.

Iván Díaz, de 45 años, un administrador de salud dijo que la decisión lo había sorprendido. "Fue como un shock para nosotros, cómo que te quiten el oxigeno", declaró.

Díaz salió de Cuba hace tres meses con su esposa. Dijo que la travesía hacia Estados Unidos le había costado unos 25.000 dólares para él, su mujer y miembros de su familia en Miami que enviaron dinero para apoyarlos.

"Me quedan 10 dólares en el bolsillo", dijo. "Vamos a llegar a ver qué nos dicen, no se pierde nada con ir hasta Laredo (la frontera entre México y Estados Unidos), algo se va a poder hacer, sino, que me deporten a Cuba", agregó.