Seúl, (AFP).- Corea del Norte disparó el sábado tres misiles balísticos de corto alcance en el mar de Japón, un lanzamiento que se produce en un momento de fuertes tensiones entre Pyongyang y Washington.

Ninguno de los misiles constituyó una amenaza ni para Estados Unidos ni para la base estadounidense de la isla de Guam, indicó un portavoz del ejército estadounidense en el Pacífico.

Dos de los proyectiles recorrieron cerca de 250 km hacia el noreste, precisó el portavoz, rectificando unas declaraciones previas en las que había asegurado que ambos misiles habían fallado en pleno vuelo. El tercer misil explotó en el aire "casi inmediatamente" después de su lanzamiento, añadió.

Según el ministerio surcoreano de Defensa, los disparos comenzaron a las 06H49 (21H49 GMT del viernes).

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos y de Corea del Sur estaban analizando los datos sobre la trayectoria y otros parámetros para poder identificar el tipo de proyectil.

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, fueron informados de lo ocurrido, según el ministerio de Defensa de Seúl y una portavoz de la Casa Blanca.

Japón señaló, por su parte, que su territorio no se había visto afectado por el lanzamiento. "Confirmamos que ningún misil balístico cayó en el territorio de nuestro país ni en su zona económica exclusiva" en el mar, declaró el portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga.

Avance de la tecnología de PyongyangEl lanzamiento se produjo después de que esta semana Seúl y Washington iniciaran el ejercicio militar conjunto que realizan todos los años, una operación en la que se movilizan decenas de miles de efectivos.

Los dos aliados presentan estas operaciones como defensivas, pero para Pyongyang representan una repetición provocadora de la invasión de su territorio. Cada año, Corea del Norte amenaza con represalias militares.

Los ejercicios conjuntos "Ulchi Freedom Guardian", unos ensayos basados en simulaciones informáticas que duran dos semanas, se producen además en contexto de alta tensión y de guerra retórica entre Washington y Pyongyang.

El lunes China pidió a Washington que suspenda el ejercicio, esgrimiendo que la situación "la península de Corea es muy sensible y frágil, lo que requiere que las partes directamente implicadas, Estados Unidos y Corea del Sur incluidos, hagan esfuerzos conjuntos para rebajar las tensiones".

En las últimas semanas, Pyongyang lanzó varias amenazas de que con su tecnología actual podía golpear la isla de Guam, un importante bastión estratégico de Estados Unidos en la región donde hay más de 6.000 militares.

Después, el líder norcoreano, Kim Jong-Un, se distanció del plan y dijo que este podía esperar pero advirtió que para esto "es necesario que Estados Unidos tome la opción correcta".

Pyongyang realizó dos pruebas de misiles balísticos intercontinentales en julio, que parecen haber puesto a su alcance buena parte del territorio de Estados Unidos, a lo que Donald Trump reaccionó advirtiendo que Washington podía responder con "fuego e ira".

Pyongyang ha avanzado rápidamente en su tecnología militar, un programa que le ha valido un endurecimiento de las sanciones impuestas por la ONU.