Redacción Gestión

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Seúl, (REUTERS).- dijo el sábado que ha entrado en "estado de guerra" con su vecino del Sur, continuando con la escalada de dura retórica contra Seúl y Washington, pero restó importancia al comunicado y lo consideró poco más que un lenguaje fuerte.

El Norte también amenazó con cerrar una zona industrial que opera conjuntamente con el Sur, cerca de la frontera fuertemente militarizada entre ambas Coreas, si Seúl seguía diciendo que el complejo se mantenía abierto porque generaba dinero.

AntecedentesCorea del Norte y Corea del Sur han estado técnicamente en guerra durante seis décadas, debido a que su conflicto entre 1950 y 1953 terminó con un armisticio y no con un acuerdo de paz. A pesar de las amenazas, pocas personas las consideran como un indicio de que se arriesgará a una derrota casi segura al reiniciar una guerra abierta.

"Desde este momento, las relaciones entre Norte y Sur entrarán en estado de guerra y todos los temas que se planteen entre Norte y Sur se tratarán en consecuencia", dijo un comunicado divulgado por la agencia de noticias oficial de Corea del Norte, KCNA.

EE.UU. reaccionaLa declaró que se toma en serio las últimas amenazas, aunque advirtió de que Pyongyang tiene un largo historial de retórica belicista.

"Hemos visto informaciones de un nuevo y no constructivo comunicado de Corea del Norte. Nos tomamos en serio esas amenazas y seguimos en contacto con nuestros aliados surcoreanos", dijo Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

"Pero también destacaríamos que Corea del Norte tiene un largo historial de retórica belicista y que las amenazas y anuncios de hoy siguen ese patrón familiar", agregó.

El líder norcoreano, , firmó el viernes una orden que ponía a sus unidades de misiles en alerta para atacar a las bases militares de Estados Unidos en Corea del Sur y el Pacífico, después de que Washington con capacidad nuclear e invisibles a los radares sobre la Península de Corea, en una inusual exhibición de fuerza.

Responsables estadounidenses dijeron que los bombarderos B-2 realizaban una misión diplomática, intentando presionar a Pyongyang para que vuelva al diálogo, aunque no existen garantías de que Kim hubiese recibido el mensaje que se pretendía dar.

Desde Moscú, un responsable del Ministerio de Exteriores pidió contención en la península coreana.