AFP.- La constructora brasileña admitió la existencia de un cártel en obras de estadios del en Brasil, informó el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade).

"Hay indicios de que por lo menos cinco licitaciones relacionadas con obras de estadios de la Copa del Mundo fueron objeto de cártel, entre ellas el Arena Pernambuco, en Recife, y el estadio Maracaná, en Río de Janeiro", precisó en un comunicado el Cade, con el cual firmó un acuerdo para colaborar con las investigaciones.

El proceso es un desdoblamiento de la (Lavadero de autos), la investigación que reveló una monumental red de corrupción enquistada en Petrobras.

El Cade señaló que la confesión aportó indicios que involucran a otras empresas, como Odebrecht, Camargo Correa, Queiroz Galvao y OAS, todas ligadas igualmente al fraude en la petrolera estatal.

El arreglo para eliminar la competencia en las licitaciones de las obras comenzó en octubre del 2007 y se extendió hasta el 2011, "momento en el cual fueron definidos todos los estadios en sus respectivas sedes", señaló el organismo.

En el 2013 millones de brasileños salieron a las calles para manifestar contra las millonarias inversiones públicas en la organización del , en detrimento de sectores más necesitados como la educación y la salud.

La renovación de Maracaná costó casi US$ 600 millones, el doble de lo presupuestado inicialmente.

Los convenios con el Cade permiten que la primera compañía que los suscriba voluntariamente no pague multas ni sufra penas a cambio de poner fin a ese proceder, confesar sus ilícitos y cooperar con las investigaciones.

Las restantes involucradas, de ser halladas culpables, enfrentan condenas administrativas que potencialmente pueden llegar hasta el 20% de su facturación bruta.

Este es el tercer acuerdo que firma .

El Cade informó que abrirá una investigación sobre el cártel denunciado, cuyo funcionamiento es similar al detectado en la trama que drenó más de US$ 2,000 millones de Petrobras: las empresas se distribuían las obras de acuerdo a su conveniencia y luego simulaban pujar en las licitaciones que ya habían sido acordadas de antemano.