MDN
Alejandro Toledo

Un expresidente, un exjuez de la Corte Suprema, un exgobernador del principal puerto del país son parte del medio centenar de peruanos prófugos de la justicia por procesos por corrupción, varios salpicados por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht.

"La influencia de un prófugo tiene un papel clave porque éstos terminan manteniendo cuotas de poder aún después de ser denunciados, como lo demostró el caso del exjuez (César) Hinostroza", dice Samuel Rotta, director ejecutivo de la ONG Proética, capítulo peruano de Transparencia Internacional.

La lista elaborada por la Procuraduría (entidad que representa judicialmente al Estado peruano) la integran 52 prófugos, entre ellos algunos empresarios, y más de 40 alcaldes provinciales y municipales. Solo los alcaldes prófugos, entre distritales y provinciales, suman 44.

La relativa facilidad con la que los funcionarios investigados abandonan ilegalmente el país está relacionada directamente con el poder corruptor del dinero, estiman observadores.

"Las propias debilidades del sistema de justicia y de seguridad, por escasez de recursos o ineficiencia, a lo que se suma la corrupción en esos mismos casos, contribuye a engrosar la lista de prófugos", dijo el responsable de Proética.

El dinero es la chispa que enciende la pradera de la corrupción y abre puertas para huir, indicó el analista político Fernando Rospigliosi.

"La mayoría de prófugos son gente que tiene dinero, que puede sobornar a las autoridades y esconderse o escapar por un tiempo", resaltó Rospigliosi.