(AFP) Los principales aspirantes a la presidencia de Francia manifestaron su hartazgo por el enredo judicial del candidato conservador , que paraliza la campaña electoral e impide un debate sobre los programas.

"Absorbe todo el espacio, hay exasperación, por no decir más", aseguró Jérôme Guedj, portavoz del candidato socialista Benoît Hamon.

"Nos robaron esta campaña", se indignó la semana pasada Emmanuel Macron, el exministro socialista del presidente François Hollande que apunta al voto centrista.

Lo mismo piensa la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, que el sábado apuntó contra la evolución por episodios del caso Fillon "que monopoliza buena parte de la atención mediática e impiden que se lleve a cabo la campaña".

Fillon, de 63 años, está en la mira de la justicia por los presuntos empleos ficticios que habrían beneficiado a su esposa y a dos de sus hijos, en tanto que asistentes parlamentarios cuando él era diputado.

Hasta enero Fillon era el principal candidato en los sondeos, pero tras conocerse el caso se hundió al tercer sitio superado por la ultraderechista Marine Le Pen y por el centrista Emmanuel Macron.

Más allá del interés habitual que despierta toda campaña electoral, los franceses siguen el caso Fillon como una telenovela.

El domingo, con declaraciones exclusivas de y una carta de dimisión del director de campaña del candidato conservador, el Journal du Dimanche mejoró sus ventas.

Por la noche, el candidato Fillon fue entrevistado por la televisión pública France 2, que logró la mejor audiencia de la temporada con 7,8 millones de televidentes.

"Cada día hay algo que hace hablar pero que no otorga los elementos de respuesta que esperan los franceses. Temo que al final el ganador sea elegido por defecto y que no haya posibilidades para exponer claramente su proyecto", estimó Jean-Christophe Cambadélis, líder del Partido Socialista.

El viento sopla

"Lamentamos que todo este ruido obstaculice la claridad del debate", insistió por su parte Alexis Corbière, portavoz del candidato de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon. A menos de 50 días de la primera vuelta, el 23 de abril, "el reloj avanza" sin un debate sobre los programas.

La frustración es evidente en la izquierda, en donde Benoît Hamon, tiene dificultad para hacer despegar su campaña y simplemente en hacer oír su voz.

"Es difícil no embarcarse en el comentario del caso y al mismo tiempo, al hacerlo se pierde tiempo de palabra", analizó el portavoz de Hamon.

Pero "cuando el viento sopla así no se puede nada", dijo, resignado, un consejero del candidato socialista.

En esta larga secuencia, Emmanuel Macron se vio beneficiado, analizó por su parte un consejero del fundador del movimiento ¡En Marcha!.

Macron recibió un apoyo de peso, el del veterano centrista François Bayrou, que le ofreció así un poco de exposición mediática, y la esperada presentación de su programa económico, publicado por el periódico económico Les Echos, permitió al diario subir las ventas de ese número.

"El caso Fillon hace la campaña binaria, Macron de un lado, los otros candidatos del otro", se ufanó el mismo consejero del exbanquero y candidato centrista.

A diferencia de Fillon, la popularidad de Marine Le Pen no hace mella a los casos de presuntos empleos ficticios en el Parlamento Europeo que la salpican.

Marine Le Pen continúa recorriendo Francia y sigue a la cabeza en la intención de voto en la primera vuelta.

La segunda vuelta debe celebrarse el 7 de mayo.