AFP.- La campaña de desinformación y espionaje de Rusia ha impactado a cientos de organizaciones e individuos en al menos 39 países, junto con organismos como Naciones Unidas y la OTAN, según una investigación publicada este jueves.

Un reporte del Citizen Lab de la universidad de Toronto reveló la existencia de "una gran campaña de desinformación y de espionaje cibernético con cientos de objetivos en el gobierno, la industria, el ejército y la sociedad civil", dijo el investigador Ronald Deibert.

Los hallazgos sugieren que los ataques cibernéticos a la campaña presidencial de Hillary Clinton en el 2016, que han sido atribuidos a Rusia por la inteligencia de Estados Unidos, fueron solo la punta del iceberg.

Investigadores de Citizen Lab dijeron que el espionaje ha afectado no solo al gobierno y a objetivos militares e industriales, sino también a periodistas, académicos, figuras de oposición y activistas.

De acuerdo con el reporte, entre los objetivos destacados están incluidos un exprimer ministro ruso, exfuncionarios de alto nivel de Estados Unidos, miembros de gabinetes de Europa y Eurasia, embajadores, altos mandos militares y jefes ejecutivos de compañías de energía.

Deibert dijo en un post de un blog que la campaña dirigida por Rusia sigue un patrón de ataques de "phishing" para obtener referencias de los objetivos, y mezclar cuidadosamente los vínculos "contaminados" con información verdadera y falsa para crear confusión sobre los hechos reales.

"Rusia ha tenido un largo historial de experiencia en lo que es conocido como 'dezinformatsiya' incluso desde la época soviética", explicó Deibert.

"Vínculos contaminados, tales como esos analizados en nuestro reporte, presentan complejos desafíos para el público. Información falsa esparcida entre material genuino – 'falsedades en un bosque de hechos' … es muy difícil distinguir y diferenciar", indicó.

Deibert dijo que los investigadores no tienen una clara evidencia para relacionar los vínculos de la campaña con una agencia del gobierno en específico, pero dijo que "nuestro reporte confirma lo que ha sido públicamente reportado por sectores de la industria y el gobierno sobre el ciberespionaje ruso".

Uno de los blancos fue el periodista estadounidense David Satter, quien ha escrito sobre la corrupción en Rusia. Sus correos fueron robados, "selectivamente intervenidos" y luego filtrados para dar la falsa impresión de que él formaba parte de un complot de la CIA para desacreditar al presidente Vladimir Putin.