Redacción Gestión

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(DPA).- La presidenta de Brasil, , se encuentra hoy en una encrucijada a raíz de la reciente nominación del pastor evangélico George Hilton como futuro ministro de Deportes, cartera que tendrá bajo su responsabilidad la realización de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

La fuerte presión para que la mandataria vuelva atrás en su decisión estuvo encabezada por su propio Partido de los Trabajadores (PT) y llevó a que el conservador Partido Republicano de Brasil (PRB), al que pertenece Hilton, amenazara con retirar el apoyo al gobierno en el Congreso.

"Si la presidenta Dilma retrocede, yo salgo de la base de apoyo al gobierno y llevo el partido a la oposición", dijo el presidente del PRB, Marcos Pereira, en declaraciones que recoge hoy el diario "O Estado de Sao Paulo".

La amenaza en apunta a uno de los puntos más débiles del segundo gobierno de Rousseff, que comienza el próximo 1 de enero: el hasta ahora inestable apoyo de los aliados en el Congreso.

Las críticas contra la nominación de Hilton estallaron el martes, minutos después de que fuera anunciado como futuro titular de Deportes, y tienen que ver, entre otros aspectos, a que en su trayectoria no hay ningún punto de conexión con el área que presidirá.

Como parte de sus nuevas funciones, Hilton integrará la Autoridad Pública Olímpica junto al gobierno central, regional y municipal, y será el interlocutor entre el gobierno sudamericano y el Comité Olímpico Internacional (COI).

Sin embargo, los críticos advierten que desde que asumió su primer escaño en la Cámara Baja, en 2007, el diputado nunca presentó ni estuvo vinculado a ningún proyecto en ese área.

Además, el político y pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios protagonizó en 2007 un polémico episodio al ser descubierto en el aeropuerto de Belo Horizonte portando 11 valijas y cajas con dinero en efectivo, que se presume provenía de donaciones de los fieles.

El incidente originó su inmediata expulsión del derechista Partido del Frente Liberal (PFL), su antigua agrupación política, hoy extinta.

Otra voz contraria a su nominación provino del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), del actual ministro de Deportes, Aldo Rebelo.

Los comunistas pretendían que Rebelo permaneciera al frente de la cartera que co-organizó de manera exitosa la Copa Confederaciones en 2013 y del Mundial de fútbol este año.

También algunos sectores considerados del ala más izquierdista del PT, añade "O Estado", se mostraron insatisfechos con el cambio de ministro, al igual que los más renombrados analistas deportivos del país.