Con la destitución de Martín Vizcarra, Perú ha extendido una racha de inestabilidad gubernamental que pocos países pueden igualar: todos los presidentes desde 1985, excepto uno, han sido vacados, encarcelados o requeridos en investigaciones criminales.
Con el jefe del Congreso tomando el lugar de Vizcarra en medio de una indignación pública y la angustia de inversores, la pregunta es qué ha impulsado este historial: ¿es la corrupción peor en Perú que en otras partes de América Latina, o la rivalidad entre partidos es más cruel o quizás hay fallas en los asuntos constitucionales del país?
1. ¿Qué provocó todo esto?
Vizcarra llegó al poder en el 2018 cuando su predecesor, Pedro Pablo Kuczynski, renunció en medio de acusaciones de que compró votos para evitar un juicio político. Vizcarra pronto se enfrentó con los propios legisladores por sus propuestas para acabar con la corrupción en el poder judicial y la política.
Con sus altos índices de aprobación pública, disolvió el Congreso hace 13 meses. Pero la guerra continuó con la legislatura de reemplazo. El presidente no tenía partido para defenderlo cuando los fiscales comenzaron a investigar acusaciones aún no probadas de parte de ejecutivos en el sector construcción de que había recibido alrededor de US$ 638,000 en sobornos cuando Vizcarra era gobernador regional.
2. ¿Fue constitucional la vacancia?
La Constitución del Perú permite un juicio político contra el presidente por motivos de “incapacidad moral permanente”. Los legisladores citaron ese artículo para justificar el inicio de un proceso contra Vizcarra por supuestamente mentir cuando negó las acusaciones. El Tribunal Constitucional del país puede reinterpretar ese artículo el próximo mes cuando se pronuncie sobre una demanda presentada por la administración de Vizcarra durante un primer esfuerzo de juicio político en setiembre. La Organización de Estados Americanos (OEA) dijo que espera que el tribunal opine sobre la “legalidad y legitimidad” del juicio político de Vizcarra.
3. ¿Dónde deja eso la situación política?
Es tensa. Vizcarra sigue siendo popular y su destitución ha provocado protestas en las calles cada vez más grandes, principalmente de jóvenes peruanos que ven el juicio político como una toma de poder ilegítima por parte de políticos egoístas. En una encuesta reciente de Ipsos, el 78% se opuso a su derrocamiento y el 54% aprobó su gobierno. Solo el 22% aprobó al titular del Congreso, Manuel Merino, quien ahora se ha retirado de ese cargo para asumir la presidencia. Siendo legislador del centrista partido Acción Popular, Merino ha reiterado que las elecciones generales se celebrarán el 11 de abril según lo programado. Tendrá que hacerse paso entre los manifestantes y las demandas de aliados en una legislatura envalentonada.
4. ¿Qué tan extendida está la corrupción?
El injerto es omnipresente en muchos niveles. En los últimos años, los escándalos han revelado una corrupción desenfrenada entre las élites del país. En el 2018, la policía antinarcóticos puso en crisis el sistema de justicia cuando descubrió una red de corrupción judicial con contactos en el Congreso. El caso se produjo inmediatamente después del escándalo de sobornos de Lava Jato, en el que se reveló que la constructora brasileña Odebrecht había estado pagando a líderes de toda América Latina. El escándalo llegó a implicar a cuatro de los presidentes del Perú. La corrupción ha desplazado al crimen como la mayor preocupación de los peruanos en los últimos años.
5. ¿Las batallas políticas siempre han sido tan amargas?
Sí. Los líderes han sido derrocados, en su mayoría por la fuerza, durante los casi 200 años de la República del Perú. El establecimiento político actual está fracturado y los presidentes rara vez obtienen un respaldo electoral sólido de los votantes. El Congreso unicameral de 130 escaños del país tiene nueve partidos, algunos de los cuales también están divididos. En las elecciones generales del 2016, el predecesor de Vizcarra, Kuczynski, ganó solo 18 escaños, lo que lo hizo vulnerable a los ataques de la oposición.
6. ¿Por qué el Congreso y la presidencia han estado tan enfrentados?
Este congreso ha estado proponiendo una legislación populista, como limitar las tasas de interés de los préstamos bancarios, desde que asumió el cargo en marzo de este año en medio de la pandemia, y el gobierno se ha opuesto a muchos de los proyectos de ley. Vizcarra aprobó una reforma constitucional en el 2018 que prohíbe la reelección de legisladores, luego de un referéndum. En la mente de algunos observadores, eso les dio una razón menos para adoptar un enfoque responsable y a largo plazo sobre elaboración de leyes.
7. ¿Qué impacto tiene esta inestabilidad?
Los precios de los bonos y las acciones han comenzado a recuperar las pérdidas después de caer inmediatamente después de la salida de Vizcarra. El impacto de las turbulencias políticas sobre los activos peruanos suele ser silenciado. Perú tiene algunos de los fundamentos económicos más sólidos de América Latina, lo que tranquiliza a los inversores extranjeros, pero su inestabilidad es perjudicial para la confianza empresarial local, que pesa sobre el crecimiento.
8. ¿Qué tan grave ha sido la epidemia?
Casi tan mala como parece. El número de muertos per cápita en Perú se encuentra entre los más altos del mundo, a pesar del severo confinamiento al comienzo de la pandemia que aplastó la economía. El gobierno estima que alrededor de un tercio de la población ha tenido el coronavirus. Las infecciones y muertes diarias han disminuido drásticamente desde agosto.