Redacción Gestión

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Berlín (AP).- Cuando Alemania organizó por última vez una reunión cumbre de las principales democracias industrializadas, la canciller federal Angela Merkel era una novata en la escena internacional. Con menos de dos años en el cargo ya se concentraba en la lucha contra el cambio climático.

Para la reunión de este fin de semana del G7 —después de la remoción de Rusia por sus acciones en Ucrania— Merkel promueve una agenda mucho más amplia, impulsada por la influencia creciente de Alemania y su prominencia política personal.

"En 2007 Merkel era una líder mundial, sin duda, pero ahora ha sido calificada consistentemente como una de las más poderosas del mundo", comentó Sudha David-Wilp, una integrante prominente del grupo de estudio Fondo Marshall Alemán.

"Estados Unidos y muchas otras naciones reconocen que Alemania es un líder", afirmó. "Por eso creo que el tono será diferente".

Desde la cumbre del 2007, Alemania ha logrado capear el temporal financiero para resurgir más firme que nunca. Se ha involucrado cada vez más a nivel internacional para tratar de resolver la crisis de Ucrania, ayudar a los curdos a luchar contra el grupo extremista Estado Islámico y participar en las negociaciones con Irán en torno a su programa nuclear.

El cambio climático sigue al tope de la agenda de Merkel, pero para las conversaciones de este año la canciller anticipó que promoverá una "agenda ambiciosa" para hacer frente a una serie de asuntos como terrorismo, Ucrania, emergencias de salud como el brote de ébola, el crecimiento económico mundial y acuerdos sobre comercio.

"Vamos a aprovechar las 24 horas en que estaremos juntos para sostener algunas conversaciones intensas sobre muchas cuestiones que afectan el mundo", dijo Merkel a la prensa extranjera en Berlín esta semana.

La cumbre del domingo y lunes, cuyo lema es "planear con anticipación, actuar juntos", congrega a los líderes de Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá, Japón y Estados Unidos en un hotel al pie de los Alpes, a unos 100 kilómetros (60 millas) al sur de Munich.

La policía bávara dijo que está preparada para las previsibles protestas y ha movilizado a 17,000 agentes en todo el país en la mayor movilización de su historia. Treinta helicópteros patrullarán los cielos y se han erigido celdas temporales en contenedores navieros, instalados en una antigua base militar estadounidense cercana. La policía austríaca planea tener 2.000 agentes del otro lado de la frontera.

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