Redacción Gestión

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(Reuters).- El líder izquierdista de Grecia, , retomó hoy el poder con la determinación de conseguir un alivio a la deuda de su país, en lo que será su "primera y más importante batalla" tras conseguir una victoria electoral inesperadamente contundente el domingo.

Pero aliviar la carga de deuda de es sólo una de las varias tareas pendientes que tiene el primer ministro, que deberá buscar la forma de reactivar una economía destruida mientras implementa medidas de austeridad y enfrenta una ola de inmigrantes que están llegando a las costas griegas.

En los comicios del domingo, los electores dieron a Tsipras y a su partido Syriza una para abordar los problemas de Grecia, pese al giro que dio a su plataforma antiausteridad para poder asegurar un nuevo acuerdo de rescate financiero y evitar una salida de Grecia de la zona euro.

Gracias a la magnitud de su triunfo, en vez de necesitar de varios socios dispares, Syriza podrá gobernar con un aliado único, los Griegos Independientes.

El pequeño partido de derecha también fue un socio minoritario en la coalición de Alexis Tsipras, que gobernó por siete turbulentos meses hasta su renuncia el mes pasado, que forzó a celebrar elecciones.

Con la sociedad fracturada por años de austeridad, Tsipras quiere construir un consenso más amplio mientras intenta aplicar las duras reformas que necesita Grecia, exigidas por la zona euro en el acuerdo de rescate, el tercero del país.

Una fuente de la presidencia dijo que Tsipras jurará su cargo hoy por la tarde. Inicialmente, la negociación del alivio de deuda dominará su agenda, afirmó una importante fuente en Syriza.

"Seguiremos con las negociaciones en el próximo período y el tema de la deuda será la primera y más importante batalla", sostuvo la fuente del partido. "Pediremos a todas las fuerzas políticas que respalden nuestros esfuerzos", agregó.

Tsipras, junto a la mayoría de los líderes políticos griegos y a muchos economistas internacionales, afirma que el país no se puede recuperar de años de crisis sin aliviar su enorme carga de deuda.

En un discurso tras su victoria el domingo por la noche, Tsipras prometió una nueva fase de estabilidad en un país que ha celebrado cinco elecciones generales en seis años, pero no mencionó al rescate por US$ 97,000 millones.

Sin embargo, Syriza realizó una campaña sobre la promesa de implementar el programa, que incluyó más alzas de impuestos y recortes de pensiones, al mismo tiempo que prometió introducir medidas para proteger a los grupos vulnerables.

Como la primera revisión al programa de rescate será el próximo mes, Tsipras debe trabajar rápido para supervisar la recapitalización de los bancos del país, al tiempo que intenta impedir una recesión y enfrentar la crisis de los inmigrantes.

Los bancos griegos cerraron por tres semanas durante el momento más álgido de la crisis en el verano boreal y aún están sujetos a controles de capital.

Su primera cumbre internacional tras su triunfo electoral será el miércoles en Bruselas para discutir sobre la crisis migratoria en Europa, cuyo uno de sus principales puntos de entrada son las islas griegas a través de Turquía.