Durante dos meses y medio, entre marzo y mayo, la atención en oftalmología y otras especialidades de salud en el país se limitó a casos de urgencia y emergencia, de acuerdo con lo decretado por el Gobierno. Desde junio, el nivel de atenciones se ha ido recuperando de forma progresiva, pero en menor medida en los distritos más residenciales de la capital, según informó la clínica de ojos Oftalmosalud.
Manuel Calderón Ballester, director corporativo de Administración y Finanzas de la empresa, señaló que en los meses de marzo, abril y mayo, el nivel de operaciones de la clínica cayó en 70%, debido a que en oftalmología el gran número de cirugías son programables, es decir que si bien son necesarias, pueden postergarse por algunos meses sin una afectación grave al paciente.
Con la segunda fase de la reactivación económica, las clínicas pudieron brindar atenciones regulares, con lo cual el impacto en las operaciones de Oftalmosalud fue de -28% en junio y julio, en comparación con los mismos meses del año anterior.
“Hasta el 31 de mayo no era una opción para el paciente decidir si se operaba o no, porque la mayoría son cirugías programables, que quedaron embalsadas. Cuando en junio nosotros volvimos a atender y difundimos nuestros protocolos de bioseguridad, todo el embalse de esos días empezamos a programarlo nuevamente. Nosotros atendíamos 12,000 pacientes cada mes y ahora estamos atendiendo unos 8,000”, explicó.
Sin embargo, el nivel de atenciones no se ha recuperado por igual en todas las zonas de Lima. En Lima Norte o Lima Sur, el número de atenciones ha llegado a alcanzar en julio el 85% de los niveles previos a la pandemia; mientras en distritos más céntricos este nivel es del 55% en promedio.
“Pareciera que en las zonas periféricas de Lima los pacientes son un poco menos preocupados, pero en zonas como San Isidro u otros distritos céntricos la gente ha cambiado sus hábitos, no quiere salir hasta tan tarde, así que va más en el horario de 8 a.m. a 3 p.m. y también actúa con más cautela, entonces allí muchos están posponiendo la atención oftalmológica”, agregó Calderón.
Por otra parte, indicó que en el balance se ha evidenciado que los pacientes mantienen la confianza en los protocolos para la realización de cirugías, puesto que la proporción de citas que derivan en una cirugía en julio fue del 50%, tal como ocurría antes de la llegada de la pandemia. “Algunos aprovechan esta situación del trabajo remoto para, justamente, poder operarse y tener un postoperatorio tranquilo en casa”, comentó.
Hasta la fecha, la clínica estima que su facturación de este año caerá en 26%, en comparación con el año previo, debido a los meses en los que sus actividades estuvieron limitadas.
Telesalud
En relación con la teleconsulta oftalmológica, Calderón señala que al iniciar el estado de emergencia esta vía facilitó la atención a pacientes crónicos de diferentes especialidades, como son los de glaucoma, con el posterior envío de los medicamentos a domicilio. No obstante, muchos pacientes de avanzada edad tenían complicaciones para adaptarse al uso de la tecnología y temor a realizar pagos por internet.
Además, la gran mayoría de los tratamientos oftalmológicos requiere de consultas presenciales, por lo que muchos pacientes no pudieron ser atendidos bajo esta modalidad. Por ambas razones, una vez autorizadas las atenciones generales, las teleconsultas se han reducido al mínimo.