(Foto: Difusión)
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Durante el 2018, el movimiento migratorio de ciudadanos peruanos y extranjeros por la frontera entre Perú y Chile se elevó a 7´062,760 lo que representó un incremento de 4.10% respecto al 2017, de acuerdo a data de la Superintendencia Nacional de Migraciones, que también reportó una mejora sustantiva en el tiempo de atención del control migratorio.

Durante el año pasado se registraron 1´645,464 ingresos y 1´652,537 salidas de peruanos en total por los puestos de control fronterizo con Chile. En el mismo periodo, hubo 1´820,441 ingresos y 1´944,318 salidas de extranjeros.

Los extranjeros con más ingresos a nuestro país por la frontera sur fueron los ciudadanos chilenos con 1´657,758 seguido de los bolivianos con 56,625.

El mayor número de salidas fue de los chilenos con 1´656,312 registros, seguida de los venezolanos con 137,633 y bolivianos con 54,992 registros.

Según Migraciones muchos visitantes chilenos entran y salen del Perú el mismo día para realizar diversas actividades o recibir algún servicio por lo que no pernoctan en el país y son considerados excursionistas, más no turistas, de acuerdo a la definición y nomenclatura de la Organización Mundial del Turismo.

Control más rápido

El control migratorio en esta frontera se efectúa de manera secuencial por inspectores de Migraciones Perú y de la Policía de Investigaciones de Chile, en los Complejos Fronterizos de Santa Rosa, en Perú; y Chacalluta, en Chile, lo que permitió que durante el 2018 los tiempos de atención se reduzcan en un 40% en relación al 2017.

Mediante este sistema, el ciudadano que sale de nuestro país se dirige directamente al Complejo Fronterizo de Chacalluta, donde se realiza el control migratorio de salida ante los inspectores de Migraciones y, luego, el de ingreso a Chile ante el personal del PDI.

En el caso de ingreso a Perú, el control se hace en el Complejo Fronterizo de Santa Rosa, donde primero se registra la salida ante inspectores chilenos y el ingreso al Perú ante el personal de Migraciones. Este sistema se implementó en noviembre de 2017, en aplicación de acuerdos entre los gobiernos de Perú y Chile.

La reducción del tiempo de atención ha beneficiado a los ciudadanos que cruzan la frontera tanto en autos como en buses de transporte público.