(Foto: Difusión)
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Perú afronta el riesgo de que la inestabilidad política y las secuelas de la del puedan generar mayor crisis en la economía del país, que a pesar de la fuerte caída de este año puede crecer alrededor de 9% en el 2021, señaló la calificadora de riesgo crediticio

“El ruido político ha comenzado a mutar hacia más inestabilidad”, alertó Jaime Reusche, analista de Riesgo Soberano de Perú, durante el seminario web “Inside Latam Perú 2020”, en el que participaron representantes de Moody’s, así como el exministro de Economía David Tuesta y el presidente de la , Martín Naranjo.

Tras señalar que la nación afronta “un antes y un después de la crisis” generada por la pandemia del COVID-19, Reusche dijo que a la inestabilidad política de las últimas semanas, en las que el país ha llegado a tener tres presidentes, se podría sumar “un Gobierno populista” elegido en los comicios de abril próximo.

Temas internos y fortalezas

Por su parte, Mauro Leos, director asociado de Moody’s, sostuvo que la pandemia “ha complicado” temas internos recurrentes en el país, pero enfatizó que Perú también ha tenido “fortalezas” que reconocen, por lo que su visión se basa “en términos comparativos regionales”.

Al respecto, Reusche añadió que “a raíz de la pandemia las deficiencias se han vuelto mucho más evidentes” en Perú, donde se verá “un retroceso significativo” que puede llevar a que “todo el progreso de los últimos diez años” se termine revirtiendo.

Perú sigue siendo la segunda economía con la calificación más alta de Moody’s en la región, que le otorga un A3, solo por detrás de Chile, que recibe un A1 que Reusche consideró que también “se va a debilitar” por los cambios políticos y sociales en ese país.

Por ese motivo, la agencia calificadora está “viendo muy de cerca” el desarrollo del proceso electoral que habrá en Perú en los próximos meses “y cuál va a ser la agenda del próximo Gobierno”, que asumirá funciones el 28 de julio del 2021.

Todo en perspectiva

Sin embargo, Reusche remarcó que todos esos factores se deben “poner en perspectiva”, ya que “el deterioro” que sufrirá Perú es “moderado”, si se le compara con el resto de la región y economías similares como las de Chile y Colombia.

“En los mercados emergentes, igual Perú seguirá siendo uno de los que menores cifras de déficit va a tener”, acotó antes de agregar que la calificación soberana que recibe Perú tiene entre sus principales factores a la fortaleza fiscal de los últimos años, que ahora “se ha debilitado”.

Para la agencia, “una de las grandes intrigas” es saber “qué va a pasar con la fortaleza institucional” del país, por lo que el experto consideró que “hay grandes retos que enfrentar”.

Situación compleja

Tuesta reconoció que en Perú “se presenta una situación muy compleja”, porque la pandemia lo “va a dejar bastante golpeado”, pero dijo que también “se entrecruzan otros vectores que han venido tomando fuerza desde el 2016, fundamentalmente desde el ámbito político”.

Señaló que las demandas sociales “se fueron atendiendo de manera apresurada y sin cerrar totalmente” los aspectos institucionales y puso de ejemplo la situación de la minería, donde la población ha rechazado la puesta en marcha de grandes proyectos como Conga, en la región norteña de Cajamarca, y Tía María, en la sureña Arequipa.

Lo que ha pasado con la minería, dijo, “es un síntoma” de todos los problemas que afronta su país en un “escenario bastante particular y que muestra señales complejas respecto a cómo el próximo gobierno puede intentar abordarlos”.

En ese sentido, Tuesta consideró que en este momento es muy difícil saber si se tendrá “la estructura política para sostener los otros criterios” que permiten valorar su calificación crediticia.

“Hoy es muy temprano para decirlo, pero creo que estas puertas de riesgo se van abriendo para cada uno de estos temas”, remarcó.

Retos inmediatos

Reusche recordó que el impacto de la pandemia ha sido “bastante significativo en la región” y ha llevado a que se tenga “un récord de incumplimientos o eventos crediticios”, que este año han llegado a cuatro, en Argentina, Ecuador, Belice y Surinam.

“Es el primer año donde vamos a tener a todas las economías de la región en contracción”, sostuvo antes de decir que “Perú no será muy distinto” y afrontará “una dinámica similar al resto de la región”.

En su caso, el país afronta una “contracción récord”, que no se ha visto desde medianos de los años ochenta, con una caída de entre 12% y 14%, pero Moody’s también consideró que el próximo año habrá un fuerte “efecto rebote”.

“Nuestra expectativa de crecimiento para el 2021 es de una recuperación de 9.3%, pero luego habrá una moderación del crecimiento, hacia 4%”, pronosticó Reusche.

También confió en que los “buenos fundamentos económicos” de economías como las de Colombia, Chile y Perú permitan una recuperación cercana a la anterior a la crisis pandémica en los dos próximos años.

Al respecto, Tuesta dijo que a partir del 2021 en Perú se deberá tener en cuenta que se afronta una “situación de urgencia” y manifestó su expectativa de que “eso juegue de manera positiva”, ya que “de todas maneras se va a requerir de un tipo de ajuste”.

Algo de optimismo

Desde la perspectiva bancaria, Naranjo ratificó que el 2020 ha sido un año “sin duda muy difícil” por el impacto de la pandemia en Perú, pero aseguró que ve el futuro “con optimismo”.

Aclaró que “eso no quiere decir que no haya preocupaciones hacia el 2021”, por tratarse de un año electoral en el que “quizá el riesgo mayor tenga que ver con qué tan populista se pueda poner un Congreso en esas circunstancias”.

En ese sentido, agregó que se espera que el Congreso “permita mantener una posición fiscal que deje suficiente espacio para gestionar en la absorción de los impactos de la crisis”.

Factores en contra

Reusche reiteró que entre los factores que pueden afectar la recuperación económica del país el próximo año están “un efecto rebote” de la pandemia y el desarrollo del período electoral “por la incertidumbre que genera”.

Consideró que aún no se tienen “candidatos muy definidos a estas alturas y se empieza a cuestionar nuevamente el modelo económico”, con un posible cambio de la Constitución “que sería algo que podría generar bastante incertidumbre”.

“Eso va a hacer que los inversionistas a largo plazo tengo más cautela”, indicó antes de reiterar que ven “una presión sobre la perspectiva estable” de Perú y que “ahora sí urgen reformas para asegurar el crecimiento y que las cuentas fiscales vuelvan a estar ordenadas”.