Los extranjeros que se encuentran en el interior del país tienen dificultades para retornar a su lugares de origen. (Foto referencial / EFE)
Los extranjeros que se encuentran en el interior del país tienen dificultades para retornar a su lugares de origen. (Foto referencial / EFE)

Más de 200 españoles y peruanos residentes en España que están confinados en el Perú desde hace seis semanas reclaman la reanudación de los vuelos de repatriación después de que el Gobierno peruano extendiera la cuarentena obligatoria y el cierre de fronteras por el Covid-19 hasta el 10 de mayo.

La mayoría de ellos se encuentran fuera de Lima, en ciudades del interior, y no pudieron llegar a la capital para tomar alguno de los seis vuelos de repatriación que se han organizado hasta el momento, pues el transporte de pasajeros interno también está prohibido desde que comenzó la cuarentena el 16 de marzo.

En esos seis vuelos operados por Iberia fueron repatriados 1,598 españoles y peruanos residentes en España, además de 108 ciudadanos de otros países europeos que estaban en una situación similar, según datos de la Embajada de España en Perú. Otros 43 españoles volvieron en vuelos organizados desde Lima por otros países europeos.

El último vuelo de repatriación partió el pasado sábado 18 de abril sin que hasta el momento se haya concretado uno nuevo para los españoles que aún quedan en territorio peruano.

Frente a esa incertidumbre, este grupo ha elaborado una lista propia, donde la gran mayoría tenía su vuelta a España programada en las fechas de la cuarentena, que inicialmente era de dos semanas pero que finalmente va a abarcar casi dos meses.

Familias con ancianos y niños

"Entre ellos hay adultos mayores, embarazadas, bebés y personas con enfermedades crónicas", aseguró Cecilia Márquez, quien ha sido la encargada voluntaria de elaborar una lista con todas las personas en una situación similar.

“Se agradece la gestión de la embajada y me alegro por todos los que han podido regresar a España, pero todavía quedamos aquí un buen número”, añadió Márquez, peruana nacionalizada española desde hace 14 años, que reside en Madrid con su marido y sus dos hijas menores, ambas nacidas en España.

Ella estaba de visita desde diciembre en Trujillo, a 560 kilómetros al norte de Lima, y debía haber regresado a Madrid el 18 de marzo, pero los vuelos a España se cancelaron cinco días antes y 48 horas antes se cerraron por completo las fronteras.

Desde el consulado recibió un aviso para que abordara el vuelo de repatriación del 18 de abril y le indicaron que recibiría un salvoconducto para transitar hasta Lima si ella gestionaba por su cuenta la forma de llegar, pero, como a la mayoría de los que están en la lista no le fue posible ante la falta de las líneas regulares.

Un nutrido grupo de españoles que también estaba en Trujillo sí logró llegar a la capital en un transporte gestionado por ellos mismos, pero cuando Márquez se enteró de esta posibilidad ya no quedaban plazas.

"Nos hemos quedado un montón así, y la gente quiere salir. Está desesperada. No importa si hemos venido de visita o de paseo, nadie se imaginó esta situación de la pandemia", contó Márquez.

Costo de los vuelos

Otros no tomaron los vuelos de repatriación porque, al no tener su billete de vuelta adquirido con Iberia, les costaba cada asiento unos 400 euros que no podían asumir. "Hay familias que somos cuatro personas y hay incluso de seis. No es poco dinero", dijo Márquez.

En Cajamarca, a 860 kilómetros al norte de Lima, está desde febrero Alba Calatayud, natural de Granada, junto a su marido Jorge y su hijo Ares, al que había llevado a esta región andina para presentarlo a sus abuelos paternos. Su dificultad añadida es que su marido no ha logrado que la Policía de Perú le dé salvoconducto.

"Es bastante complicado encontrar a alguien que nos quiera llevar a Lima porque es un recorrido muy largo. Un taxi nos sale carísimo. Todo está paralizado y nadie quiere arriesgarse", explicó Calatayud, que durante su confinamiento en Perú tuvo que rechazar un trabajo temporal en España por la imposibilidad de llegar a tiempo.

"Nuestros recursos económicos van disminuyendo. No sabemos si cuando reabran los vuelos podremos asumir el traslado hasta Lima", lamentó. A ello se le añade que no cuentan con seguro médico y temen que en estas circunstancias su hijo pueda enfermarse.

El dinero se agota

En Arequipa, a unos 1,000 kilómetros al sur de Lima, se encuentra Cristofer Pedrosa, un mochilero de Almería que desde enero hacía una ruta por Sudamérica que comenzó en Argentina y pensaba acabar en Medellín (Colombia).

Por el estado de emergencia se vio forzado a aislarse solo en un apartamento de la 'Ciudad Blanca' y su vuelo que tenía para Colombia fue cancelado. Con las fronteras cerradas de manera indefinida, no cree poder tomar su vuelo de vuelta a España, a pesar de que es para julio, por lo que reclama una alternativa para volver desde Lima.

"Ya no sé qué hacer. Estoy atrapado aquí. En Colombia tenía donde quedarme, pero aquí me estoy quedando sin dinero. Si Lima estuviera algo cerca, hasta me plantearía ir caminando, pero está muy lejos", contó Pedrosa.

La situación es similar al otro lado del Atlántico, pues en España también hay al menos 1,300 peruanos que esperan volver a su país y también reclaman la reactivación de los vuelos de repatriación.