Los virus, como el coronavirus SARS-CoV-2, mutan todo el tiempo. Algunas variantes como la B.1.617 de la India (Delta, según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud) hacen que sea más peligroso. Según investigaciones preliminares, esta variante, es hasta un 50% más transmisible que la Alfa (Reino Unido).
El último miércoles, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, confirmó la detección en el Perú del primer caso de la variante Delta. Indicó que una paciente de 78 años del distrito de Cerro Colorado, Arequipa, presentó los síntomas característicos de la enfermedad a mediados de mayo.
Según la OMS, la variante Delta ya se ha extendido en más de 60 países, incluido el Perú, según la epidemióloga María Van Kerkhove, tal como señala la agencia EFE. “A medida que el virus se propague, se detectarán más variantes”, expresó.
La evidencia que existe actualmente indica que la variante Delta es más contagiosa. Ello significa que, si la tasa de contagios se estaba reduciendo, podría subir nuevamente, cuenta el epidemiólogo César Cárcamo a Gestión.pe
El factor R0 es determinante para conocer el promedio de contagios causados por una persona. En ese sentido, la proporción de personas vacunadas, previamente infectadas, tiene que ser mayor para que se alcance la inmunidad de rebaño. Pero, en aquellos lugares donde estaban bajando los casos, pueden subir nuevamente, si ello no se ha alcanzado.
“No hay evidencia de que sea más letal ni más agresiva, o que pueda evadir a las vacunas, pero es posible el incremento de casos”, argumenta Cárcamo. “De no controlarse esta variante, podría generar una nueva ola de contagios, tan o más fatal que la primera o la segunda”, añadió.
Si bien el primer caso de la variante India apareció en el sur, es probable que se encuentre en todo el territorio nacional porque se puede viajar libremente y las muestras todavía no son masivas.
Ante ello, el epidemiólogo brindó una serie de recomendaciones para evitar su propagación.
“Lo más importante es continuar con el esquema de vacunación que hasta ahora todo indica que funciona bien y podría una nueva ola. Se debe lograr la mayor cobertura de toda la población”, sostuvo.
Después que el servicio de salud esté mejor preparado que en la primera y segunda ola, con suficiente oxígeno, especialistas, camas UCI, medicamentos, para la población contagiada que no recibieron la vacuna o no, haya la posibilidad de atenderlos adecuadamente.
Entre julio y agosto no se espera la llegada de dosis de vacunas, lo cual podría en cierta forma paralizar el ritmo. Por tal motivo, Cárcamo sostiene que es fundamental continuar con las negociaciones y abrir el abanico para que el stock sea suficiente y se termine el proceso de vacunación cuanto antes.
“Se deben mantener en la medida de lo posible las medidas de restricción. Si las personas están vacunadas, evitar relajar los cuidados”, manifestó.
Para el próximo Gobierno, indicó que es necesario empezar con un inventario de todas las tareas realizadas y pendientes. Pero, sobre todo no suprimir las iniciativas que quedaron pendientes, sino salvar lo bueno y conseguir más dosis.