Hay consenso en la necesidad de un cambio legislativo para promover el empleo; es decir, reestructurando la reposición absoluta en el trabajo, pero no hay condiciones políticas para que, en el corto o mediano plazo, se dé una reforma laboral. Si se intentase, cambiarían al flamante ministro, opinó el laboralista Jorge Toyama.

En ese sentido, el ministro de Trabajo, Javier Barreda, tendrá como reto inmediato, restablecer el diálogo social con las centrales sindicales en el Consejo Nacional del Trabajo, mesa que agrupa a los representantes de los trabajadores, empleadores y el Estado.

Un segundo punto es fomentar las buenas prácticas de empleo y promoción de la formalidad con incentivos y facilidades. Por ejemplo, educación por pago de impuestos, aceleración de trámites (trabajadores extranjero en migraciones), y otros.

Y un tercer punto, tal vez el más inmediato, es fortalecer la institucionalidad de la Sunafil. Es decir, no cambiar a la jefatura ni su personal, ya que existen procesos en marcha, como la implementación del Tribunal de Fiscalización Laboral, entre otros.