(Foto: GEC)
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El desarrollo de un emprendimiento, el cobro de un cheque o la legalización de un documento como el título universitario –por ejemplo– todavía demanda la presencia física del ciudadano ya sea en la Sunarp, el banco o en la notaría, pero ¿qué pasaría si esto ya no fuera necesario y solo bastaría con validar la identificación del ciudadano y su firma electrónica?