El turismo en el Cusco tuvo un crecimiento mínimo el año pasado (0.2%, es decir una diferencia de unos 10,000 turistas) y el 2020 se presenta con factores adversos que dificultarían el desempeño de este sector. Frente a ello, la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) del Cusco se ha propuesto ampliar la oferta impulsando tres nuevos destinos, que espera ocupen un lugar entre los más llamativos.
“Asumimos que el reducido crecimiento del turismo en el 2019 es por efecto colateral de la agitación en países como Argentina o Chile, que llevó a los viajeros a cancelar sus paquetes”, manifestó Guido Quiñones Páucar, titular del Directur del Cusco.
En lo que va del 2020 se ha presentado la amenaza del coronavirus, del que ya se ha registrado un caso en Brasil, que afectaría el turismo en el mundo entero; y el aluvión en el distrito de Santa Teresa, que ha bloqueado el ingreso amazónico a Machu Picchu, lo que obliga a los visitantes a ir por la vía férrea.
“Están los efectos del clima y el coronavirus, que de alguna manera tiene que afectar el turismo, pero todavía no tenemos un cálculo de en cuánto podría perjudicar al sector. El turismo receptivo va principalmente de junio a octubre, cuando llegan los visitantes de Estados Unidos y del Asia, por ahora todavía estamos en temporada bajo, en plena época de lluvias, y no se pueden apreciar los efectos”, indicó a Gestion.pe.
Ante la preocupación de los operadores del sector por un eventual problema sanitario, el Gobierno Regional del Cusco está implementando un plan de contingencia a nivel nacional, que estará a cargo de la Dirección Regional de Salud.
Tres destinos
Frente a esta situación, Quiñones señala que el Gobierno Regional se propone ampliar la oferta de atractivos turísticos, que se sumarán a los más populares, como Machu Picchu o el Valle Sagrado de los Incas.
Uno de ellos es la Montaña de 12 colores o Montaña de Palcoyo, que se busca promocionar como alternativa a la popular Montaña de siete colores, con cuyos operadores las autoridades regionales tienen problemas porque, según Quiñones, se resisten a formalizarse. A inicios de febrero falleció un turista en la Montaña de siete colores, por problemas de salud, sin embargo, se denunció que no se le pudo brindar una atención oportuna.
“La Montaña de siete colores la dirigen personas de las comunidades de manera particular, puesto que es un recurso de ellos, natural, y no permiten el apoyo del Estado para intervenciones más grandes. Dicen que si entramos nosotros a trabajar con ellos, vamos a cobrarles. Pero si los turistas están pagando un costo, ¿qué servicio les están brindando?”, manifestó el funcionario.
La Montaña de 12 colores se encuentra en el distrito de Palcoyo, a unas cuatro horas de la ciudad de Cusco. Para llegar a ella, se necesita viajar tres horas en vehículo y caminar una hora. Mientras la Montaña de siete colores (aproximadamente a tres horas de distancia de la ciudad de Cusco) recibe unos 1,000 visitantes por día en temporada alta, la de Palcoyo ya está recibiendo hasta 400 o 500 visitantes por día.
“En Palcoyo, nosotros tenemos un proyecto que está impulsando esta zona. Ya tenemos un flujo turístico y es una alternativa a la muy mal manejada Montaña de siete colores. Estamos en problemas (con ellos) ahorita y necesitamos impulsar otras opciones. Estamos trabajando con la comunidad de Palcoyo, esta comunidad sí se ha puesto a trabajar con nosotros”, expresó.
Asimismo, el gobierno regional está enviando comunicaciones a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para que intervenga en la Montaña de Siete Colores e inste a la comunidad a formalizar sus operaciones turísticas.
Un atractivo que se está preparando aún es la Ruta de Túpac Amaru, pensada para las festividades del Bicentenario de la Independencia del Perú, que estará lista en el 2021. A través de ella, los visitantes conocerán los lugares que recorrió José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II) en el inicio de la rebelión contra los españoles.
“Son más de 30 los municipios tupacamaristas. La idea es revalorar y poner en valor las casas de Túpac Amaru, de Tungasuca, Tinta, etc., los escenarios que recorrió. Con Copesco se está realizando un proyecto integral que incluye carreteras”, adelantó el funcionario regional.
Finalmente, se busca poner en valor el Puente Queswachaca, que se ubica en la provincia de Canas a unos 160 km al sur de la ciudad de Cusco. Dicho puente inca se encuentra en la ruta de Túpac Amaru.
“Todavía se utiliza (como puente). Es patrimonio mundial de la humanidad. Y lo que estamos haciendo es un centro de interpretación, capacitaciones y mejoramiento del sitio. Tiene flujo turístico, no tan alto, pero tiene. En temporada alta recibe 100 visitantes por día”, agregó Quiñones.