OPS se pronunció sobre la participación del sector privado en la adquisición de vacunas contra el COVID-19. (EFE/Fabio Motta).
OPS se pronunció sobre la participación del sector privado en la adquisición de vacunas contra el COVID-19. (EFE/Fabio Motta).

El subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, dijo este miércoles que actualmente las empresas privadas no pueden aún adquirir vacunas contra el COVID-19 porque a nivel en todo el mundo los contratos se hacen entre el laboratorio y el gobierno de un país. Esto, porque existe una escasez global de las dosis y evita que se susciten prioridades en las inoculaciones en perjuicio de los más pobres o vulnerables.

“El uso de las vacunas por pago del bolsillo puede ampliar las inequidades que desafortunadamente la pandemia ha subrayado tanto en la atención”, sostuvo en .

Barbosa afirmó que el objetivo principal en plena pandemia del nuevo coronavirus es la utilización de las vacunas en la salud pública en beneficio de los grupos vulnerables donde figuran adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, personal de salud y de otros servicios que laboran en primer línea. En ese sentido, explicó que por ello, por ahora, los gobiernos de diversos países vienen aplicando las dosis según su cronograma de vacunación.

“Creo que el uso de un punto de vista ético, de un punto de vista de salud pública es utilizar la vacuna bajo la orientación del Ministerio de Salud de cada país, de acuerdo con sus planes de vacunación, para que se pueda utilizar de la mejor manera posible las vacunas. Todavía, en todo el mundo, tenemos un acceso limitado”, precisó.

No hay vacunas sobrantes en ninguna parte. No hay vacunas para vacunar solamente a los que quiero o puedo pagar. Hay que utilizar bien las vacunas desde un punto de vista de salud pública para salvar vidas primero, y después conjuntamente con las medidas de salud pública alcanzar el control de la transmisión”, remarcó el representante de la OPS.

El subdirector de la OPS citó un ejemplo de la desigualdad que podría ocurrir si en caso hubiera intervención del sector privado en la compra de vacunas a nivel mundial. “No es posible pensar que un adulto mayor no va a tener acceso a la vacuna, y una persona joven y saludable que pueda pagar, pueda tener acceso. Creo que es mejor utilizar la salud pública para salvar vidas y controlar la transmisión”, insistió.